La majestuosa ciudad de San Carlos de Bariloche se encuentra a orillas del lago Nahuel Huapi, espejo de agua que junto a montañas y bosques integra el contexto de uno de los lugares más bellos de la Argentina y del mundo.
Bariloche tiene como fecha de fundación el año 1902. Su nombre surgió como un juego de palabras entre "Carlos Wiederhold", quien instaló el primer almacén de ramos generales del lugar (de allí la parte de "San Carlos"), y una deformación del término "vuriloche" ("gente distinta o diferente, de atrás o del otro lado"), utilizado por los mapuches para denominar a otros pueblos originarios que habitaban los valles de la zona este de la cordillera de los Andes antes de su propia llegada a la región.
Ubicada al oeste de la provincia de Río Negro y a 1.640 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, Bariloche es uno de los destinos más apreciados por el turista nacional y extranjero, al igual que sucede con lguazú en el otro extremo del país. La ciudad cuenta con todos los servicios y comodidades para que el visitante la haga meta de sus vacaciones todo el año. El Camino de los 7 Lagos la une con San Martín de los Andes, otro de los destinos preferidos de la región.
La pesca con mosca de truchas y salmónidos durante el verano y variadas alternativas deportivas, entre las que se destacan el trekking, el rafting por decenas de cursos de agua y las caminatas por los bosques milenarios, además de los ascensos a la mayoría de las cumbres que rodean la ciudad, son algunas de las actividades recreativas que realizan quienes visitan Bariloche.
La llegada de la nieve y el invierno en Bariloche anuncian el comienzo de la temporada de esquí y de la práctica de deportes invernales en el mítico Cerro Catedral, considerado uno de los centros de esquí más importantes del país y visitado cada invierno por miles de fanáticos.
Los paseos en mountain bike y las cabalgatas con la posibilidad de acampar en frondosos bosques, ríos y lagos naturales hacen que quien visita Bariloche quiera volver una y otra vez, ya sea en otoño, invierno, primavera o verano.
Es que San Carlos de Bariloche (o "Bariló", como la conocen los jóvenes argentinos que desde hace décadas realizan allí sus viajes de egresados) tiene lo que buscan todas las generaciones. Su vida nocturna, sus famosas discotecas y sus espléndidos pubs han logrado que muchos visitantes amanezcan frente al lago mirando cómo el sol trepa la montaña y comienza a iluminar esta hermosa ciudad cordillerana.