Desde hace un tiempo, la barrera de témpanos que impedía acercarse hasta la pared principal del glaciar Upsala ha dejado de ser un escollo. Abordo del crucero Leal, llegamos sin inconvenientes a él y también al Spegazzini y nos extasiamos con los hielos a la deriva. La excursión partió a las 9 de la mañana del muelle silencioso de Puerto Bandera, organizada por MarPatag, una empresa dirigida por avezados navegantes. Su capitán dio la bienvenida a los pasajeros y en seguida nos acomodamos en el interior de la embarcación. La motonave tiene todas las comodidades necesarias para mimar a sus invitados. Nos impactó el salón principal con ventanales panorámicos, en los cuales se ubicaban varias mesas y sillones acogedores junto a la música y amabilidad de quienes nos recibieron. En el exterior, varias cubiertas permitían apreciar el entorno en directo. Nos preparamos para contemplar esos témpanos azules que vagaban por las frías aguas y anticipaban la cercanía del glaciar Upsala. Con nuestras cámaras de fotos y filmadoras captamos imágenes deslumbrantes para retener tanta hermosura. Luego de observar las paredes de hielo, el barco se acercó a la costa para que pudiéramos ver una cascada y tomar un trozo de hielo con el que algunos lograron realizar una escultura helada.