Gualjaina se encuentra en la región noroeste de la provincia de Chubut, departamento de Cushamen, parte de la Comarca de la Meseta Central. La localidad es un conjunto de parajes rurales, como La Cancha, El Montoso y Costa del Chubut, que conforman la narrativa de Gualjaina y sus pobladores. Para los viajeros que buscan llegar a este destino, hay varias opciones de acceso, ya sea desde Esquel, El Maitén, la Ruta Nacional 40 o desde Paso del Sapo.
La Meseta Central es un vasto territorio que ocupa un tercio de la provincia de Chubut, hogar de comunidades dispersas que encuentran su centro de coordinación en la localidad de Gualjaina, distante 85 km de Esquel, la ciudad más relevante en la zona cordillerana. La geografía extensa y aislada de estos territorios plantea desafíos de accesibilidad, en especial para las familias que residen en los sectores de serranías, donde distancias aparentemente cortas pueden convertirse en obstáculos significativos. En este vasto y aislado territorio, la Meseta Central se manifiesta como un paisaje imponente que desafía la conectividad y destaca la resiliencia de las comunidades que la habitan.
La historia de Gualjaina se remonta a fines del siglo XIX, cuando los primeros pobladores se establecieron en la zona y se dedicaron a la cría de ovejas. De ahí que uno de los saberes tradicionales sea la textilería. El telar mapuche está vinculado también a los pobladores aborígenes de la región patagónica y su actividad económica local.
La localidad es conocida como el “oasis” de la meseta patagónica. En la actualidad, el centro de Gualjaina se despliega a lo largo de la avenida Benito Fernández, una única calle que abarca unas 15 cuadras que encuentra límites naturales con el río Lepá al este y bardas al oeste que añaden carácter al paisaje urbano, y la zona de chacras dentro del valle comprendido entre los ríos Lepá y Gualjaina.
Estratégicamente ubicada cerca de Esquel y El Bolsón, Gualjaina es una nueva opción para los amantes del turismo de aventura, dado que se revela como un destino turístico emergente, con circuitos que exploran atractivos arqueológicos, paleontológicos y formaciones naturales como el área protegida de Piedra Parada. Los viajeros pueden descubrir diversas excursiones, desde las sierras y el valle de Piedra Parada hasta la práctica de la pesca deportiva en el río Chubut.
El área protegida de Piedra Parada es una formación rocosa volcánica única de 100 metros de base y más de 210 metros de altura, que junto a cañadones, serranías y cavernas atraen a escaladores de todo el mundo. El Cañadón de la Buitrera, con sus pinturas rupestres y fósiles, es otro hito que revela la riqueza natural e histórica de la meseta chubutense.
A pocos kilómetros de la localidad, el circuito Cerro La Ventana-Placa del Malacara ofrece vistas panorámicas del Valle de Gualjaina y la confluencia de los ríos Lepá, Gualjaina y Chubut. Otro atractivo más es el Circuito Cañadón Grande, que invita a explorar la cultura mapuche, con visitas a diferentes comunidades y sus talleres de artesanías.
Aunque menos conocida que otras regiones turísticas, la Comarca de la Meseta Central de Chubut atrae a viajeros con su autenticidad y la promesa de descubrimientos inesperados.
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