Una enorme escultura de un dinosaurio y los molinos de viento que producen energía eléctrica se recortan en el cielo truncadense, mientras que la tranquilidad la ofrece su pequeña laguna.
Aparecen en las imágenes que caracterizan a
Pico Truncado y conviven con la vida laboral y cultural de sus habitantes. Son el Bridasaurio, el parque eólico y la laguna de los Patos, y forman parte de la trama de la ciudad, muy cerca del centro.
Bridasaurio
Un enorme dinosaurio se yergue en el sector noroeste de Truncado, donde la avenida de circunvalación se cruza con la ruta provincial 12. Se lo conoce como el Bridasaurio y fue realizado con chatarra metálica por un conocido escultor. La obra lleva ese nombre por haber sido encargada al artista plástico Carlos Regazzoni por la firma Bridas Sapic en el año 1997. Para armar ese reptil extinguido combinó chatarra, tambores, trépanos, cadenas, bridas y válvulas provenientes de la industria petrolera. Aúna la vida de los enigmáticos animales que poblaron la Patagonia hace millones de años con el pasado petrolero de la localidad, que no se olvida. Fue realizado en tamaño natural con un eje de 17 metros de largo, 3 de ancho y 4 de altura. Su figura se destaca desde lejos y recién cuando se lo tiene cerca se ven los detalles de armado e imaginación del autor.
Laguna de los Patos
No hubo que alejarse demasiado para encontrar la laguna, un lugar al que se concurre durante los días de verano, cuando el sol aprieta. Hicimos unas veinte cuadras por el camino de la circunvalación llevados por los carteles indicadores.
Allí encontramos el espejo de agua rodeado de un paisaje desértico, con vegetación casi nula. O, mejor dicho, vegetación baja, de distinto tipo y típica de la estepa patagonica. Son arbustos acostumbrados a la sequía y al viento. En otro sector hay una arboleda en formación para protegerse del fuerte sol. Además de ser balneario natural, su mayor valor es que concentra gran diversidad de especies de aves autóctonas. Este ecosistema es propicio para observar patos, avutardas o cauquenes, flamencos y cisnes de cuello negro, entre otras. Aprovechamos la tranquilidad del lugar para quedarnos un rato simplemente observando el horizonte, oyendo el sonido del agua y el canto de los pájaros.
Parque eólico Jorge Romanutti
Llegamos al sector donde se yerguen dos aerogeneradores de tres aspas que son el orgullo de los truncadenses. Parecen enormes molinos, con un sonido muy especial, y nos quedamos un rato observando su accionar y su altura. La historia comienza en 1995 a partir de la inauguración del parque eólico, cuando fueron instalados diez aerogeneradores de 30 metros de altura, fabricados en Alemania, para producir energía no contaminante. Aprovechan el viento, recurso inagotable de la Patagonia. Esta industria se halla a la vanguardia de este tipo de emprendimientos que casi no necesitan mantenimiento. El reemplazo de los primitivos aerogeneradores por los actuales de última generación trajo aparejado un aumento de la potencia producida. Logran abastecer el 30 % del total de la energía eléctrica que necesita la ciudad y se adaptan a los cambios de aceleración de los vientos para lograr una mayor eficiencia.
Existen otros puntos de interés en Truncado, pero comprendimos que estos son los que todo el mundo encuentra a diario en sus movimientos y que forman parte de cada habitante. Entonces, ¡a caminar se ha dicho!