Historia
Fundada en 1854 por el agente colonizador Vicente Perez Rosales como centro de navegación lacustre y puerto de salida del comercio del lago hacia Puerto Montt, Bernardo Philipi fue quien impulsó su poblamiento con el descubrimiento del lago.
Así, por decreto ley de 30 de diciembre de 1927, el gobierno creó la comuna de Puerto Varas
El impulso turístico se inicia en 1934 cuando se inaugura el Gran Hotel Pto. Varas hoy casino, y más tarde incrementado por la apertura del camino hacia Ensenada por la ribera sur del Lago.
Constituida en ciudad balnearia, ve incrementada su población con pobladores que desarrollan su actividad laboral en Puerto Montt de la cual la separan solo 17 km.
Leyendas
textos tomados de la web http://www.geocities.com/TheTropics/Paradise/3759/ con autorización del Sr. Julio Norambuena Vera.
Artilugios y Costumbres
No es en vano recalcar que prácticamente todas las actividades que han realizado los antiguos habitantes que a través del tiempo tienen una explicación que lo justifica: Todas ellas obedecen a una realidad socio cultural de la época y en la mayoría de los casos están relacionadas con las necesidades de la vida misma del lugareño o con su modo típico de pensar, sentir, y actuar.
Muchas de las costumbres y usos sociales que a continuación se describen son típicos de la época (1940-1960), pero su origen, según los viejos habitantes, es remoto y obscuro. Simplemente forman parte de una tradición, que se ha ido transmitiendo de una generación a otra.
El Yoco
Fue costumbre en la familia de la época realizar cada año su carneo de chancho o reitimiento, especialmente el mes de los santos (junio).
Una vez que la carne del cerdo, las zopaipillas, las roscas, los milcaos y las prietas eran cocidas, se preparaba para cada vecino o amigo una cierta porción de cada uno de los alimentos mencionados para ser llevados hasta sus casas. Aquello constituía el denominado Yoco. El Yoco era en cierta medida una devolución del alimento ya recibido o un anticipo de lo que irian a recibir en el futuro; porque todas las familias vecinas y amigas del lugar tenian la disposición y el deber de entregar y recibir, de compartir un plato de comida.