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En el año 1900, la compañía Destilatorio Quellón comenzó a desarrollar sus actividades en la isla de Chiloé, entre las que se destacaban la elaboración de acetona, alcohol metílico y carbón para abastecer un mercado que cada día los demandaba más. Con el correr de los años, se construyó el puerto local y la instalación definitiva de la planta industrial le dio vida a esta comuna, cuyos habitantes estables comenzaron a multiplicarse.
En 1906 se realizó su fundación legal y desde entonces la ciudad es una de las protagonistas de la isla de Chiloé. Permite, además del desarrollo de actividades productivas y agropecuarias, la posibilidad de realizar turismo en un lugar único.
Ubicada a 86 kilómetros de su vecina Castro, en Quellón nace la famosa Carretera Panamericana que une América del Sur con América Central y América del Norte luego de atravesar nada menos que once países y de recorrer más de veinte mil kilómetros.
Para el visitante no existe mejor paseo que conocer la costanera local y todos sus atractivos, entre los que se destacan los puestos de la feria fluvial y el puerto de Quellón, que recibe el producto de la recolección de mariscos de toda la región y que muchos aseguran es uno de los mejores lugares del mundo para degustar frutos de mar.
Otro de los grandes paseos es conocer algunas de las antiguas iglesias de Chiloé (Quellón cuenta con varias), que invitan a viajar al pasado. Un paseo en lancha por las distintas islas y canales de los alrededores resulta imperdible.
Las Termas del Amarillo son el destino ideal para quienes quieren relajarse. Se debe cruzar hasta Chaitén y llegar hasta el lago Yelcho, donde se encuentran las aguas mineralizadas. Una excursión de día entero en una ciudad que tiene todo para prolongar la estadía incluso del viajero más exigente.
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