Historia
El Río Valdivia fue visitado por primera vez por un genovés que trabajó para la colonia española, Juan Bautista Pastene, quien llegó a Corral en los años 1544.
Por entonces, el río era llamado Ainilebu ( que significa: nueve ríos) y pasó a llamarse Valdivia. Posteriormente, el 9 de febrero de 1552 llega Pedro de Valdivia al sitio "Guadalaiquen" que significa "valle de patos", para fundar a Santa María la Blanca de Valdivia, que actualmente ostenta 448 años.
Habiendo sido durante tres siglos, la avanzada española más importante en los territorios de Sudamérica, su situación fluvial y costera sobre el Océano Pacífico, brindaron ocasión a la defensa de los corsarios que por el mar, realizaban ataques, así como defenderse de los indígenas desde el interior, levantando un complejo sistema de fuertes y castillos en torno a Valdivia y la Bahía de Corral. Así nacieron a partir de 1645 los castillos de Mancera, Corral, Niebla, Amargos y Cruces, y las fortalezas de San Carlos, El Molino y otras más.
La colonización alemana de la Región de los Lagos de Chile comenzó a mediados del siglo pasado, desde Valdivia. Desde entonces tuvo luar un intenso desarrollo de la actividad industrial, convirtiéndose en uno de los principales centros de población del sur del país.
En los años de la Conquista española, el Virrey del Perú designó a uno de sus hijos como gobernador de Valdivia. Al llegar a Valdivia, el gobernador expropió los terrenos de los habitantes y los repartió entre sus colaboradores cercanos, desatando la ira de la población.
En ocasión en que se ausentara el gobernador para controlar una sublevación mapuche en las cercanías de la plaza de Valdivia, corrió el rumor de que había muerto en batalla.
Inmediatamente la población se subió a los botes que tenían anclados a las orillas del río, lanzaron fardos de paja encendidos y en caravana recorrieron el Calle-Calle para celebrar el acontecimiento.
Cuenta la historia, que el gobernador, que no había muerto, regresó y mandó a castigar a todos los festejantes, con ahorcamientos y azotes públicos en la plaza de la República y en la costanera.
La década del 60, tuvo un día fatídico para la historia de Valdivia. La tarde del 22 de Mayo de 1960, sin duda alguna quedará grabada en la mente de todos los valdivianos. Un debastador terremoto grado 9,5 Richter y un posterior Tsunami azotaron la ciudad dejando muerte y destrucción en una ciudad pujante y desarrollada. Importantes empresas fueron destruidas en su totalidad y familias enteras desaparecieron.
Y la reconstrucción de la ciudad fue difícil, pero Valdivia hoy te muestra su pujanza y visión de futuro con una moderna y ágil ciudad con múltiples posibilidades de esparcimiento.
Leyendas
Textos tomados de la web http://www.geocities.com/TheTropics/Paradise/3759/ con autorización del Sr. Julio Norambuena Vera.
Artilugios y Costumbres
No es en vano recalcar que prácticamente todas las actividades que han realizado los antiguos habitantes que a través del tiempo tienen una explicación que lo justifica: Todas ellas obedecen a una realidad socio cultural de la época y en la mayoría de los casos están relacionadas con las necesidades de la vida misma del lugareño o con su modo típico de pensar, sentir, y actuar.
Muchas de las costumbres y usos sociales que a continuación se describen son típicos de la época (1940-1960), pero su origen, según los viejos habitantes, es remoto y obscuro. Simplemente forman parte de una tradición, que se ha ido transmitiendo de una generación a otra.
La Trilla a Caballo
Este trabajo consistía en desgranar el trigo mediante la acción de los caballos dentro de un "corral", llamado campanario (construcción de madera y paja con forma de campana). La manera como los antiguos habitantes del pueblo desarrollaban esta actividad era la siguiente: Se amontonaba el trigo en medio del campanario, posteriormente se abria la puerta y se soltaban los caballos. Una persona, la cual podia ir de a pié o a caballo, " guasquiaba" a los animales para que estos corrieran sobre el trigo y lograran desgranarlo. Una vez que el trigo estaba totalmente desparramado, se sacaban los caballos a descansar y al mismo tiempo, los hombres o mujeres que ayudaban en la trilla, volvían a amontonar el trigo. Hecho esto se soltaban nuevamente los caballos para continuar la faena hasta que fuese necesario. La cantidad de caballos que se utilizaba en una trilla dependía del tamaño de aquella; lo mismo su duración.
En este caso la realización de la trilla a caballo, a parte de ser una actividad tradicional de la época, obedecía también a la realidad material del lugareño, ya que no existían otros medios para desgranar el trigo.