A orillas del lago Llanquihue, a tan solo 50 metros de sus aguas cristalinas, se encuentra un acogedor refugio: Hotel Frutillar. Esta encantadora casa de madera, construida al más puro estilo alpino, invita a sus huéspedes a disfrutar de una experiencia cálida y hogareña.
Las habitaciones del hotel emanan un ambiente acogedor, con detalles rústicos en madera clara que crean un espacio de descanso y tranquilidad. Cada una de ellas cuenta con wifi gratuito, TV de pantalla plana por cable, calefacción y baño privado con artículos de aseo para mayor comodidad. Para quienes buscan mayor independencia, las cabañas del hotel ofrecen una cocina totalmente equipada y una zona de comedor con cálidos asientos de madera.
El aroma a bollería alemana recién horneada despierta los sentidos en el desayuno, una tradición que deleita a los paladares más exigentes. A pocos pasos del hotel, el Museo de Alemania invita a un viaje a través del pasado, mientras que las imponentes vistas del volcán Osorno desde el parque regalan momentos de contemplación y belleza.