Historia
La familia Steverlynck era la única dueña de estas tierras, que formaban parte de su vieja estancia. Fue en el año 1977 cuando decidieron realizar un loteo que comprendía la zona que bordeaba el lago, junto a un amplio valle que resultaba ideal para que en él se trazaran distintos caminos.
Para esos años, Meliquina era simplemente un lugar de paso entre San Martín de los Andes y San Carlos de Bariloche, aunque no todos se animaban a realizar esta ruta debido a la gran cantidad de dificultades que presentaba, sobre todo en los crudos inviernos.
Con la llegada del asfalto a la ruta de los Siete Lagos (a menos de 15 kilómetros del pueblo) los terrenos finalmente comenzaron a venderse, hacia el año 1998.
A partir de entonces, el valle y la ribera del lago comenzaron a ver como distintas cabañas y casas de verano empezaban a poblar la villa, y de a poco algunos se fueron quedando para convertirse en los pioneros o primeros habitantes.
"Meliquina creció mucho", dicen los que la conocieron cuando no existía.
La Sociedad de Fomento bautizada como Villa Lago Meliquina es el claro ejemplo de una unión vecinal que demuestra como de a poco se está organizando y posicionándose turísticamente como otra alternativa interesante en la Patagonia.