Para acceder a las reservas de fauna marina, hay que atravesar un extenso terreno de estepa que agrega emoción al encuentro con lobos marinos y pingüinos que viven junto al mar.
Nos fascinaba la idea de encontrar lobos marinos y pingüinos en las cercanías de
Puerto Santa Cruz y formamos parte de dos paseos inolvidables, en los cuales encontramos esos enormes mamíferos mansamente dedicados a realizar su vida diaria en la soledad del mar. Para llegar hasta la isla Monte León, partimos hacia la
estancia Monte León, importante establecimiento ganadero, para luego desviar hacia la costa. Transitamos entre hondonadas y valles, pasando por el Cañadon de los Guanacos, llamado así por la presencia de estos simpáticos animales. A pesar de lo árido de la estepa, existen muchas especies vegetales de baja altura y que en primavera muestran sus pequeñas flores.
Isla Monte León
Cuando faltaba poco para la costa, tuvimos de frente el magnifico Monte León que, como su silueta lo muestra, se asemeja a un león echado. Por supuesto, hay que tener imaginación y entender que el viento, el agua y el tiempo fueron dándole esa forma. Además, le da nombre al parque nacional que lo contiene. Al llegar a la playa, tuvimos ante nuestra vista el tan ansiado asentamiento de lobos marinos de un pelo. “Llegan desde otra lobería, la de Pico Quebrado, y se apostan en la zona de los acantilados y la isla junto a otras especies marinas”, nos contó el guardafauna.
¡Qué espectáculo! Una pequeña colonia que a la distancia daba la impresión de no percatarse de nuestra presencia. Algunos lobos estaban panza arriba tomando el tibio sol que teníamos en ese momento. Observamos pequeñas bahías, acantilados altos y playas que se descubren con la bajamar y desaparecen en la pleamar. Cuando la marea lo permite, se puede llegar hasta la Olla, una importante gruta excavada por el agua en la roca viva, con un orificio en la parte alta que permite ver la luz natural. La isla alberga gran variedad de aves marinas como los cormoranes, las gaviotas cocineras, los ostreros negros y los biguá, lo cual muestra una gran biodiversidad. Lejos, sobre la costa, vimos un grupo de personas dedicadas a la pesca de mar y nos enteramos de que se pueden capturar buenos róbalos, pejerreyes y palometas.
Pingüinera Estrada
En otra de nuestras salidas de excursión dedicamos el día completo a llegar a esta pingüinera. Tuvimos un interesante trayecto similar al anterior, imperdible para los amantes de la naturaleza.
Sabíamos de antemano que no íbamos a Punta Estrada en el mejor momento, ya que los pingüinos llegan a fines del mes de agosto para reproducirse y se retiran en abril. Es necesario recorrer a pie la playa de arena y canto rodado para llegar a sus apostaderos. Lo interesante es ir descubriendo las distintas formas de los acantilados y saber que allí, hace muchos años, estuvieron los “paraderos indígenas”, de gran valor histórico. Los amantes de la pesca eligen Punta Estrada para lograr buenas piezas de róbalos, aun desde la orilla. Cuando regresamos de ambos paseos, tomamos conciencia de que lo solitario del paisaje era solo en lo que se refiere a la presencia del hombre, no es igual para las muchas especies de fauna y flora que viven allí. Esto nos permitió valorar aun más todo lo que vimos y conocimos.