Navegamos por el río Cochrane, bordeando la Reserva Nacional Tamango, un lugar único que permite conocer los huemules en su hábitat natural.
Después de pasear un poco por
Cochrane, cruzamos el centro urbano y nos dirigimos a la reserva nacional Tamango, uno de los principales atractivos de la región. Allí se pueden observar fácilmente poblaciones de huemules en su hábitat natural. Llegamos hasta la entrada de la reserva, que se emplaza al noreste de Cochrane. Esta área protegida fue creada el 1 de junio de 1967 y posee una superficie de 6.925 hectáreas. Nos acercamos a la administración ubicada en el embarcadero, en la parte sur y a orillas del río. El guardaparques nos aconsejó que para conocer la reserva y a la vez el lago, nos acercáramos a lo de Tomasin. Con ellos, podríamos navegar y observar desde la costa un sector del entorno natural preservado.Fue así que desandamos camino un poco antes del ingreso a Tamango y tomamos el desvío donde se encontraba la casa de Tomasin. Salió a recibirnos Elvis Ormeño, uno de los chicos que realiza las excursiones de pesca y las visitas guiadas a la reserva. Enseguida nos invitó a recorrer el río y el lago Cochrane. Buscamos abrigo, nos pusimos los salvavidas y estuvimos listos para salir. En un pequeño bote a motor, remontamos el curso del río que, junto con el lago homónimo, constituyen el límite natural de la reserva en el sector sureste y son las vías de acceso a la ciudad para todos los pobladores costeros.
Extrañas criaturas
Avanzamos lentamente, dejando atrás el puesto de la reserva que ahora veíamos desde el agua, además de los frondosos coihues que cubren la orilla. Navegamos media hora hasta el desagüe, donde el río da paso al lago. En este tramo, las aguas toman una transparencia azul que resalta los musgos verdes y las algas fosforescentes de las rocas. El paisaje era digno de un cuadro por su fascinante belleza, que pude disfrutar a simple vista porque los pequeños rápidos y la poca profundidad nos obligaban a deslizarnos con cautela. Cuando finalmente llegamos a la entrada del lago Cochrane, pudimos apreciar toda su grandeza. Tiene una superficie de 173,75km2 y se extiende hasta Argentina, donde recibe el nombre de lago Pueyrredón. Es uno de los lugares elegidos para la pesca con mosca y, desde allí, se puede apreciar el cordón Esmeralda. Nos quedamos un rato contemplando la vista y luego dimos media vuelta hasta un pequeño muelle que habíamos pasado.
Una vez en tierra, caminamos por un sendero hasta un bosque de lengas, coihues y ñires achaparrados donde se encuentran unas cabañas y una de las áreas para acampar. Estaba a la expectativa de encontrarme con los huemules. La reserva Tamango es una de las pocas áreas protegidas donde se puede observar de cerca esta especie de cérvidos en peligro de extinción.
La numerosa población de huemules alcanza los 50 ejemplares jóvenes, que al llegar a la edad adulta se dispersan por la región. Con una cornamenta de dos astas, tienen apenas 100cm de altura y pesan cerca de los 70kg. Su pelaje color café varía al amarillo dorado con manchas grises, según la temporada. Todo esto lo supe gracias al material informativo que nos facilitó la reserva y a la experiencia de nuestro guía. Ya era tarde y el viento frío se hizo presente para avisarnos que era hora de volver. Antes de despedirme de la reserva, prometí volver en verano para avistar más huemules. Aunque tenga que acampar en ese hermoso lugar, si es necesario.