En cada uno de los establecimientos gastronómicos especializados en frutos de mar y platos regionales las recetas propias aseguran al comensal un sinnúmero de preparaciones variadas.
La ciudad de Coyhaique asombra por la variedad de atractivos turísticos para toda la familia. Como no podía ser de otra forma, también ofrece una gastronomía variada y de calidad. Un restaurante tradicional, El Reloj, también conocido como El Ovejero, tiene un bien ganado prestigio. Luego de un día de excursión, fuimos hasta ese lugar para degustar la típica comida chilena. Funciona en el interior del hotel El Reloj, que fuera inaugurado en los años noventa. Con el tiempo, tanto alojamiento como salón comedor crecieron y sumaron categoría y distinción a sus servicios. Instalados en cómodos sillones junto a la chimenea, tomamos un aperitivo delicioso mientras se desocupaba una mesa. Allí observamos el viejo reloj que los colonos ingleses trajeran en los años 1900 y que integra la historia familiar.
Una vez ubicados para comer, leímos la carta y también nos dejamos asesorar por la camarera antes de elegir nuestros platos. Nos decidimos por algunas preparaciones realizadas con ingredientes de la región que fueran premiadas en concursos gastronómicos. Con las recetas tradicionales los chefs de la casa lograron nuevas versiones utilizando técnicas remozadas y gourmet. Como entrada probamos una sopa crema a la que llaman “poema del salmón y la jaiba” con lo estimulamos nuestro apetito habitual. Los platos principales solicitados fueron un carpaccio de liebre con guarnición, una pierna de cordero y un salmón aysenino, ambos con salsa de pujes. Cada uno de ellos fue paladeado con satisfacción. Buenas etiquetas de vinos chilenos acompañaron dichas exquisiteces. Las bodegas Casas del Toqui, viñas Morandé, Ventisquero, Laura Hartwig y otras más nuevas pero de gran calidad están presentes en su carta de bebidas con que se acompañan las comidas. Para deleitarnos con algo dulce, nos acercamos a la mesa donde una gran variedad de postres complementaron nuestra cena. Identidad chilena acompañada de buen servicio y elegancia fueron las principales características de nuestra cena en El Reloj.
Durante los días posteriores, recorrimos a otros puntos gastronómicos en los cuales los asados al palo, los mariscos y pescados provenientes del océano Pacífico forman parte de la mejor cocina chilena. Deseosos de probar otros gustos, texturas y estilos de cocción, los incorporamos a nuestro paladar, haciendo honor al arte culinario patagónico.