Copahue es una ciudad rara, exótica, distinta, pero que se aprende a querer al rato de estar allí. Su centro termal y su famoso volcán tienen mucho que ver con eso.
Conocido por las propiedades curativas de sus aguas, este lugar ubicado en el norte neuquino es desde hace años el destino predilecto de quienes buscan no solo relajase, sino también recuperarse de todo tipo de enfermedades de la piel.
Las termas de Copahue tienen origen volcánico. Gracias a ello, le regalan a esta ciudad, además de su nombre, un grupo de termas milenarias ideales para curar a todo aquel que se acerque a visitarlas.
Copahue tiene algunos secretos. Durante el invierno, la ciudad es casi abandonada por sus pobladores ya que la nieve se encarga de tapar absolutamente todo. Y hay que irse, nadie se puede quedar.
El destacamento de Gendarmería Nacional, que gracias al esfuerzo de sus hombres se mantiene “anticongelado” para servir de ayuda a toda la zona, es la única construcción que queda al descubierto, igual que el centro termal que por la fuerza de sus vapores de azufre se mantiene descongelado. Cuando llegan los primeros fríos, la ciudad comienza a prepararse para “pasar el invierno”. Los hoteles, cabañas y aparts tapan sus ventanas y preparan todo para que la nieve arruine lo menos posible. La primavera logra lo imposible: todo comienza a descongelarse y le da tiempo a los prestadores para acondicionar sus hoteles, cabañas y casas para cuando a mediados de noviembre comienza a llegar masivamente el público para iniciar la temporada.
La ciudad y los alrededores abandonan el blanco hasta dejarlo solamente en la cumbre de algunas montañas que la rodean. El vapor del centro termal es lo primero que divisa el visitante apenas llega. Con su propio público y sus propios tiempos, Copahue deja ver sus casas de alquiler temporario, sus cabañas y, por supuesto, algunos complejos hoteleros de muy buen nivel ideales para quedarse y disfrutar la estadía. Las termas, con sus variadas lagunas y su centro de atención de alta complejidad (con capacidad para 2.500 baños por día) logran que desde horas tempranas miles de personas se vuelquen para encontrar lo que vinieron a buscar desde tan lejos:
relax, placer y, por supuesto, curaciones. Baños de inmersión con aguas curativas volcánicas, sulfurosas y ferruginosas, hidromasajes, fangoterapia, fisioterapia, kinesioterapia, inhaloterapia, dermatología, rehabilitaciones y baños al aire libre son algunas de las prestaciones que tiene esta ciudad termal que posee un selecto grupo de profesionales y técnicos terapéuticos únicos en la Argentina y en el mundo.
Famosas porque hace años eran disfrutadas por los pueblos originarios mapuches, las lagunas del Chancho, la Laguna Verde y la Laguna Sulfurosa (que no es apta para baños por sus altas temperaturas, mayores a los 70° C) son la puerta de entrada al complejo termal y son las típicas imágenes de las fotos que captan sus visitantes. La temporada termal comienza el 15 de noviembre y concluye a mediados de mayo, cuando las autoridades provinciales y locales comienzan a darse cuenta de que es necesario adaptar la ciudad para la llegada del invierno. Para que otra vez, como lo ha hecho siempre, la nieve comience a tapar este verdadero tesoro.