Ideal para pasar el día al aire libre, el dique Arroyito regala un singular paisaje creado por la naturaleza y por el ingenio humano.
Las represas y diques construidos sobre el curso del río Limay modificaron el paisaje árido de la estepa cambiando su forma y color. Un ejemplo de esto es el dique Arroyito, que posee aguas de un verde azulado, frondosa vegetación y variada avifauna, todo lo necesario para convertirse en uno de los lugares más vistosos de la zona. Para llegar sólo hay que seguir la ruta 22 unos 56 kilómetros en dirección a la capital neuquina, donde se encuentra el desvío indicado.
El vibrante turquesa de la laguna, que fue formada al extraer los materiales áridos para construir el dique, contrasta con el verde de los árboles. La biodiversidad también está representada por una considerable cantidad de patos, zorzales, calandrias, golondrinas, gaviotas, garcitas, biguás, cisnes de cuello negro y avutardas que habitan en el entorno y se prestan para los avistajes y safaris fotográficos.
El
camping se encuentra en el lugar indicado, a orillas de un bonito arroyo y amparado por sauces y álamos que brindan sombra y reparo. El apacible paisaje y la infraestructura del lugar invitan a pasar el día, disfrutar de un pic nic o de un rico asado a la parrilla y relajarse. La propuesta se completa visitando la represa hidroeléctrica Arroyito, que cuenta con un embalse de 39 kilómetros cuadrados. La vista es muy atractiva y permite valorar la importancia de esta obra de ingeniería para la región. Todo este recorrido también se puede realizar en un entretenido y desafiante circuito de
mountain bike que puede programarse desde la ciudad o desde otros puntos como Cipolletti o Neuquén.