Ya se trate de cuadros frutales, sectores apícolas o de lombricompuesto, podemos ver la diversidad de tareas gracias a personas entendidas en la materia, lo cual hace más interesante el momento.
Los recorridos por las distintos establecimientos productivos del Alto Valle se han convertido en un paseo clásico para quienes visitan
General Roca. Resulta interesante conocer como se cultivan las peras o las manzanas que son tan apreciadas en el mundo entero por su calidad de exportación. Esas dos exquisitas frutas constituyen las principales producciones regionales y necesitan de mucho personal que lleve adelante las principales tareas, desde el terreno y riego donde se producen hasta las plantas de empaque, de donde parten hacia todos los confines. Para experimentar esa práctica, decidimos asesorarnos en cuanto a qué empresas estaban disponibles para realizar una visita guiada, ya que a lo largo del año y de acuerdo al proceso productivo en marcha algunas reciben visitantes y otras no. Recorrimos varias productoras frutícolas y visitamos los cuadros donde las plantas estaban en su plenitud, con las frutas de un leve color rosado, casi maduras. Notamos el orden y cuidado con que se sostienen las ramas cargadas de fruta y aprendimos acerca del momento de la recolección y clasificación de acuerdo al destino. La cosecha es el momento culminante de un proceso y el inicio de otro, ya que las tareas se extienden a lo largo de todo el año.
También nos contaron sobre los comienzos de estas chacras: “Históricamente, fueron iniciadas por inmigrantes, en especial españoles e italianos, que llegaron al valle para transformarlo en el oasis que hoy conocemos”. Claro que no toda la producción termina en los mercados barriales del país: gran parte se comercializa a otros países y se deriva a plantas elaboradoras de subproductos. Las jugueras, las sidreras y las fábricas de dulces utilizan esta materia prima para otras exquisiteces frutadas. El clima incluye noches frías y días de intenso sol y constituye la principal característica que necesitan los viñedos para el cultivo de excelentes cepajes que luego se transforman en afamados vinos. También en este área rionegrina la producción vitivinícola tiene sus especialidades y los espumantes realizados siguiendo el método
champenoise son conocidos y respetados. Algunas bodegas abren sus puertas para mostrar como se produce ese rico fermento en la botella, ofrecen degustaciones y hasta servicio de comidas. Todo el año existe la posibilidad de realizar este tipo de turismo rural y, si la extensión es mucha, hasta queda la posibilidad de realizar hermosas salidas a caballo para recorrer los campos productivos. Solo tuvimos que averiguar qué establecimientos estaban abiertos y además de disfrutar de un maravilloso paseo al aire libre, nos llevamos para nuestras casas algunos productos recién cosechados con la tranquilidad de conocer su origen.