El archipiélago de Chiloé guarda un acervo cultural y religioso invalorable gracias a la presencia de varias iglesias construidas por orden de jesuitas y franciscanos en sus misiones evangelizadoras. Las primeras datan del siglo XVII y actualmente son unas 60 las iglesias que perduran. Dieciséis son las más representativas.
Responden a la Escuela Chilota de Arquitectura Religiosa en Madera y su técnica nace del oficio de los carpinteros ribereños y la influencia del aporte manual de los religiosos. Originalmente se utilizaron maderas duras de ciprés, coigüe o mañio para vigas y pilares; para las uniones, ensambles y empalmes se usaron tarugos y "clavicotes" de madera de luma, recursos con que se contaba hace más de 100 años.
Los templos tienen algunos detalles comunes: su emplazamiento cercano a la costa, el resguardo montañoso por su lado norte y sus pórticos orientados hacia el sur. Los protegían, de esa forma, de las lluvias abundantes de la región y dejaban por delante un espacio similar a una plaza en el cual se realizaban las celebraciones al aire libre. En general, eran de gran volumen, con techo a dos aguas y piedras en la fundación que las aislaban de la humedad ambiente. En un sector lateral se ubicaba el cementerio.
En cuanto a su tipología, muestran rasgos comunes de formato, decoración y tamaño, con algunas variaciones individuales. Los elementos característicos eran su fachada y su torre, ambas simétricas. La primera se compone de un pórtico de entrada, arquería y frontón; la torre tiene un gran rasgo simbólico ya que soporta la cruz y las campañas y, a su vez, ha servido como elemento de orientación para los navegantes. La bóveda de la mayoría de las iglesias es de cañón corrido y en solo tres de ellas, de crucerías. En su interior, se repite la planta basilical y tres naves, más las dependencias de los sacerdotes. En su parte exterior, predomina el revestimiento con tejuelas de alerce y tablas machihembradas.
Todas las iglesias superan los cien años de vida y algunas debieron ser edificadas por segunda vez en el mismo lugar, con las mismas características y por carpinteros de la escuela chilota. La Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé se ocupa de la restauración de aquellas que muestren estructuras debilitadas a fin de resguardar este patrimonio cultural valioso.
Las dieciséis iglesias más representativas han sido declaradas Monumento Nacional de Chile y Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO.
FUNDACION AMIGOS DE LAS IGLESIAS
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