Una sola pasión: el atado de moscas de pesca

Imaginación, conocimiento de los materiales y un estudio previo del insecto a realizar son los principios elementales para el atado. Señuelo artificial pero tan perfecto como el original.

La Fly Expo 2009 de Junín de los Andes fue un excelente marco para reunir a los especialistas de pesca con mosca. Dos jornadas que centraron la atención de pescadores de todo el país, durante las cuales se brindaron conferencias, clases prácticas y novedades del mundo. Tuvimos ocasión de charlar con dos especialistas en atado de moscas que comparten la misma dedicación y técnica artesanal pero tienen propósitos distintos. En un coqueto stand nos llamaron la atención unos insectos de colores muy reales llamados “hiperrealistas”. Conversamos con su creador Marcelo Malventano, joven, profesional y entusiasta de esta técnica no muy difundida a la que le dedica todos los días de su vida.

  • Tan perfecto como el original

    Tan perfecto como el original

  • Un reto a la paciencia

    Un reto a la paciencia

  • Bully Bugger

    Bully Bugger

  • Una morsa y varios utensilios

    Una morsa y varios utensilios

Le dimos la palabra para que desarrollara su apasionante tema: “Es un reto a la paciencia, perseverancia y perfección de cada obra de arte”, nos dice con orgullo. “Comencé atando moscas convencionales y me atreví a mis primeras moscas hiperrealistas luego de interiorizarme con la técnica de un atador de origen inglés que me sirvió de inspiración.” “Copio fielmente, a escala, insectos montados sobre un anzuelo, como en el atado convencional. Utilizo las mismas técnicas, herramientas y materiales. Los colores y brillos deben ser bien logrados para que clasifiquen como insectos reales.” Continuó con su apasionado comentario: “Un insecto de tamaño natural en solución adecuada para su conservación sirve para realizar un estudio profundo tanto anatómico como bibliográfico y lograr la copia perfecta.” “Todo es manual, no se utilizan pegamentos y se utiliza el bisturí, a diferencia del otro tipo de atado.” Marcelo aprendió a pescar y a atar moscas en Bariloche. Años después, en Buenos Aires, encontró este hobby. Del conocido pescador Darío Pedemonte recibió su pasión por la creatividad sin patrones prefijados. Nos dijo que así como se consiguen insectos perfectos con la técnica realista, se podrían obtener los mismos efectos en una mosca convencional. Lo despedimos y dimos un último vistazo a estas piezas de invalorable trabajo manual que no se utilizan en el agua, pero son verdaderas creaciones. Luego, mantuvimos otra entrevista con Guillermo Cavallieri, presidente del Club de Mosqueros de Buenos Aires. Una pequeña mesa, una morsa y varios utensilios para el armado de mosca fueron el escenario para el atado de una simple y pescadora Bully Bugger, paso a paso. Casi sin mirar, en 5 minutos obtuvo una pieza esplendida color negro con brillo en la cola, lista para ser utilizada. Pudimos observar el proceso en detalle, minuciosamente. El primer paso fue fijar el anzuelo en la morsa y darle unas vueltas de hilo para que luego el material se adhiriera. Comenzó por la cola y eligió una pluma de marabú negro del largo de la pata del anzuelo, determinando de esa forma el largo de la mosca. Colocó el marabú desde la muerte del anzuelo hacia adelante sujetándolo con un hilo con brillo, dejando caer parte de él hacia la cola. En movimiento en el agua, eso daría un reflejo vistoso. El cuerpo de la mosca lo realizó en chenille color negro, sostenido y fijado a lo largo hasta la curva de la muerte del anzuelo.

Embellecido para pescar

Para el collar de la mosca, utilizó un atado Palmer desde el final de la mosca hacia la cabeza con la parte dura de una pluma blanca. La barbilla, de una vez y media el tamaño de la apertura del anzuelo, le dio protección a la mosca. Ató por la punta, peinó hacia atrás y quedó armada y con volumen. Un detalle especial: dejó el ancho de una vuelta de chenille para dar una vuelta por detrás y dejarla más pareja. Fijó con dos vueltas de hilo bien apretado, paralelas, sobre el cuerpo. Ribeteó con pluma y dio varias vueltas de hilo mientras peinaba las barbillas hacia atrás. La cabeza, cónica y del tamaño del ojo del anzuelo, coronó el trabajo. Hizo 3 nudos con un aparato y terminó con un sellado de laca. Según aclaró, en condiciones de pesca eso era fundamental para que no se desarmara. Levantó la vista, dijo “Ya está” y nos dedicó una sonrisa junto a su Bully Bugger recién armada. Marcelo Malventano Realistic Flies Art Tel. 54 11 15 61 992477 E-mail: info@laesenciadelatado.com Asociación Mosqueros de Buenos Aires Cursos atado y lanzamiento Artigas 1925 Tel. 54 11 4566-3546 celular 11 15 6884-7215 E-mail: amba@mosqueros.org.ar

Autor Mónica Pons Fotografo Eduardo Epifanio

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