Todos los años estos fabulosos animales brindan un espectáculo único que reúne a visitantes de todo el mundo de mayo a diciembre.
Miles de turistas se acercan a
Puerto Pirámides para conocer uno de los mamíferos más increíbles del mundo: la ballena franca austral. Como es sabido, estos maravillosos e imponentes animales se aproximan a la península de mayo a diciembre para dar a luz a sus crías. Los visitantes más afortunados pueden llegar a ver ballenatos blancos en la zona, pero en realidad es muy difícil encontrarlos. Claro que lo difícil no es imposible y, justamente, nuestro fotógrafo Jorge puede dar cuenta de ello. En una lancha y en pleno avistaje (preparado con cámara en mano) tuvo la oportunidad de ver y fotografiar un joven ballenato blanco que estaba en el medio de un grupo de ballenas. Se tiende a pensar que estos ejemplares blancos de ballena son albinos pero no es así. Lo cierto es que para que se produzca esta condición se deben dar determinadas características naturales en las ballenas que, usualmente, no son muy comunes.
Sucede que la apariencia blanquecina en esta especie se debe a la carencia de pigmentación en la piel del animal, lo cual provoca que la epidermis refleje la grasa que tiene el animal. Con el paso del tiempo, muchos de estos animales adquieren un color marrón claro, abandonan el blanco pero nunca logran tener el color marrón oscuro de los demás miembros de su especie.
En un contexto maravilloso, Jorge no dejó de tomarle fotos al ballenato blanco que jugaba plácidamente con su madre y brindaba sin conciencia un espectáculo único e inolvidable a cada uno de los espectadores (¡afortunados!) que se encontraban allí.