Caminando a la Laguna de los Témpanos y al glaciar Vinciguerra

La manera más fácil de definir esta singular excursión es decir que se trata de un “all inclusive” en el que no solo nos equipan para vivir la aventura sino que también nos llenan de anécdotas, emociones e imágenes imborrables.

Sobre el glaciar Vinciguerra

El glaciar Vinciguerra es uno de los más grandes de Tierra del Fuego. Caminar por su gélida superficie es para muchos un gran desafío y una experiencia realmente única. Si a esto le sumamos la posibilidad de llegar a una de las lagunas más hermosas de la provincia, la diversión está más que asegurada. Esta excursión tiene un nivel de exigencia quizá mayor a otras, pero resulta accesible para todo aquel que esté dispuesto a caminar algunas horas. ¿El premio? Conocer uno de los circuitos más atractivos que tienen los alrededores a la ciudad de Ushuaia.

Durante un trekking de todo el día, los visitantes pueden comprender los elementos más representativos de la naturaleza fueguina. Caminando por los distintos senderos en los que se van sucediendo accidentes geográficos como bosques, arroyos, lagunas y glaciares, vamos aprendiendo sobre los distintos momentos de la evolución geológica y de la rica historia que tuvo la formación de los glaciares. Son los guías de la excursión quienes se encargan de introducirnos en este mundo antes desconocido pero que a partir de ahora es parte de nuestro conocimiento patagónico. ¿Cómo se formaron los glaciares? ¿Por qué se derriten y cómo lo hacen? ¿Se van a extinguir?, ¿retroceden o avanzan?, son algunas de las preguntas que surgen a medida que recorremos el sendero que nos llevará hasta el destino final: la Laguna de los Témpanos. Bien temprano nos pasaron a buscar por el hotel. Desde allí nos dirigimos al comienzo del sendero y, luego de caminar un breve lapso que no llegó a la media hora, cruzamos el arroyo Grande por un puente peatonal. El paisaje es realmente increíble, ya que nos adentramos en una naturaleza hostil pero que posee escenarios de película: lagos imperturbados por el viento, montañas con nieves eternas que parecen pintadas, arroyos cristalinos que son el hábitat de truchas y castores. El recorrido siguió y, luego de una importante subida que nos exigió concentrar nuestras energías, llegamos hasta la laguna indicada, donde el grupo descansó unos minutos, nos tomamos fotos y almorzamos para recuperar fuerzas para la aventura por venir. La caminata continuó hacia el glaciar. Los guías nos ayudaron a colocarnos los grampones que nos permitirían deslizarnos con seguridad sobre la superficie helada del glaciar y así comenzar a explorar. Caminar sobre el ventisquero es una experiencia de ciencia ficción. A cada paso que damos, el hielo milenario cruje mientras se observan grietas, inmensas cuevas y sumideros, con los que la naturaleza intenta comunicarnos su historia. El guía, de manera magistral, nos brindó una charla sobre glaciación y aprendimos con ella a diferenciar colores, formas y otras características del hielo que antes eran para nosotros desconocidas. Luego de sacarnos fotos hasta que las memorias de las cámaras digitales no dieron abasto, comenzó el retorno al valle que nos vio partir. Habíamos conocido la famosa Laguna de los Témpanos y las huellas vivas del glaciar Vinciguerra, uno de los más grandes y australes del planeta Tierra. Casi nada.