A 18 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche, con dirección sudeste, se encuentra el refugio del Club Andino Dr. Juan Neumeyer, en plena reserva nacional Nahuel Huapi.
En el refugio Neumeyer realizamos este educativo
trekking junto con nuestra familia, pasando por un tupido bosque y la Laguna Verde hasta dar con el mirador del Pedregoso, donde observamos el lago Nahuel Huapi y
la ciudad de Bariloche, desde unos 1.500 m.s.n.m. Para realizar este
trekking de una hora de duración, nos dirigimos al refugio Neumeyer, que se encuentra a 20 kilómetros de Bariloche por la ruta 258 con dirección a El Bolsón. Tras recorrer 8 kilómetros, doblamos a la izquierda por el camino de tierra, que nos condujo al Valle del Chalhuaco, donde se emplaza el refugio.Ya en el refugio, tomamos el sendero señalizado con referencias de color rojo, que se encuentra sobre la derecha del refugio. Llenamos los pulmones con aire puro antes de dar comienzo a la aventura. Al principio, subimos por cuestas pronunciadas. Conviene tomárselo con calma, ya que esperan 200 metros de subida hasta dar con la Laguna Verde. A medida que transitamos por el sendero, fuimos viendo distintas formaciones naturales.
Con nuestro guía aprendimos acerca de la edad de las especies vegetales presentes a lo largo de casi toda la jornada. Supimos que la corteza de las lengas es lisa cuando pertenece a los árboles jóvenes, mientras que las rugosas indican árboles antiguos, que pueden tener más de 300 años. El liquen que cuelga sobre los árboles se llama Barba del Viejo o del Diablo e indica el grado de pureza del oxígeno del lugar, ya que sólo se desarrolla en lugares sin contaminación. El guía tomó una de las maderas tiradas sobre el sendero y la partió para mostrarnos el trabajo que realizan los gusanos para descomponer lo que ya se encuentra podrido. Continuamos la caminata. No nos sentíamos cansados, estábamos conociendo detalles atrapantes de la vida del bosque. Vimos árboles todos agujereados, trabajo de los pájaros carpinteros que habitan la región. Estas aves hacen el hueco en busca de los gusanos que son su alimento.
El bosque disminuyó su intensidad. Cruzamos un mallín y a escasos metros hallamos la Laguna Verde. Este hermoso espejo de agua se encuentra enclavado casi sobre el final de la caminata. Es importante saber que no se puede bañar en la laguna ni revolver sus agua, porque en ella habita la rana del Chalhuaco, una especie endémica estricta descubierta en 1973 y que solo se encuentra en la alta cuenca de este valle. Está prohibido bañarse en el lugar porque se trata de una especie altamente vulnerable.
Luego de realizar una parada en la laguna, restaban 10 minutos de caminata para encontrar el mirador del Pedregoso. Una vez allí, observamos la impresionante panorámica que se obtiene. Desde este punto pudimos ver al lago Nahuel Huapi, la ciudad de San Carlos de Bariloche y mucho más. Nos percatamos de que entre las rocas del lugar salían flores de distintos colores, entre las que se destacaban las violas.
Luego de unos minutos de contemplación y de tomar fotográficas, emprendimos el regreso al refugio para reponer energías con un delicioso plato típico y luego dar comienzo a otra caminata, a una nueva aventura.