Se lo prepara con la carne más fibrosa del animal, que puede ser el vacío, tapa de nalga o tapa de paleta, cruda. Con sal gruesa, se sala el trozo de ambas caras y se la cuelga durante toda la noche a fin que largue los jugos.
Al día siguiente, se repite la operación pero con sal fina o gruesa molida, para que penetre aún más. El lugar donde continuará el proceso debe ser ventilado, oscuro y fresco, cuidando que no le vaya ningún tipo de animal.
Si la carne así colgada, sigue largando jugo, se vuelve a salar, hasta que se seque completamente.
Esta era la forma de alimentación que tenían los paisanos en sus travesías, cuando no encontraban animales para cazar.
El charque, era usado para guiso carrero, locro, estofado y carbonada entre otros.