El cruce a nado del lago Lácar ya se ha convertido en uno de los eventos deportivos más convocantes del verano en San Martín.
Todos conocen la belleza de los lagos patagónicos, especialmente del corredor de los 7 Lagos que se recuesta sobre la cordillera. Es maravilloso contemplarlos y navegar sus aguas tan tranquilas y cristalinas como frías. Ahora, animarse a cruzarlos nadando es otra cosa. En la ciudad de San Martín de los Andes desde 1985 se realiza esta particular prueba acuática que tiene al espejo del Lácar como principal escenario. Claro está que el sol cordillerano que calienta las playas en verano es también uno de los factores para que residentes y visitantes se animen a cruzar el Lácar nadando. El precursor de la idea fue el profesor de Educación Física y guardavidas Mario Vegazzi, que en la Navidad de 1985 nadó desde la playa Catritre hasta la Islita, ambos sectores muy conocidos del lago. En una canoa lo acompañaron dos amigos y Mario logró cumplir el recorrido con éxito sin haber realizado ningún tipo de entrenamiento previo.
Desde entonces Vegazzi siguió cruzando el lago, siempre por el mismo recorrido. Tres años más tarde se le sumaron dos nadadores y amigos y en 1991 ya se inscribieron muchos más participantes, esta vez con el lugar de salida invertido, que pasó a ser la Islita. En la actualidad, esta prueba no competitiva forma parte del calendario de actividades que se realizan en el marco de la semana aniversario de San Martín de los Andes y cuenta con el apoyo municipal, de Parques Nacionales y de Prefectura Naval Argentina. Los kayaquistas y las embarcaciones del club náutico local ayudan a cubrir la seguridad de los participantes que son acompañados por toda la comunidad. Cada vez son más los nadadores de ambos sexos y de distintas edades que se animan y llegan por sus propios medios a la meta. En la playa los recibe una multitud, se entregan medallas y premios, y finalmente se realiza un brindis de camaradería. No importa llegar primero o último, lo importante es cumplir el recorrido y superar las barreras personales desafiando el increíble entorno natural del lago Lácar, que también permite estas prácticas deportivas.