Es una de las formas más interesantes que tiene el visitante para conocer la ciudad y sus alrededores: a caballo, como en los viejos tiempos…
Tuvimos la oportunidad de disfrutar de una gran cantidad de circuitos abiertos que tiene
Trevelin para salir de cabalgata. Todos se encuentran circunscritos en un valle que presenta una belleza natural propia, con montañas nevadas, grandes planicies cubiertas de cultivos y una suave brisa que indica al visitante que está en suelo patagónico. Son muchos y de diversas dificultades, y algunos de los recorridos que se pueden hacer a caballo coinciden con el último tramo que recorrió el coronel Luis Jorge Fontana junto con el baquiano John Daniel Evans y los demás expedicionarios de la conocida cruzada de Los Rifleros del Chubut.
A cada paso, se van sucediendo cascadas y todo tipo de colores y paisajes, entre los que se destaca el bosque subantártico mezclado con la meseta, junto con una gran diversidad de flora y fauna autóctonas. Uno de los circuitos que más eligen los visitantes está en las afueras del pueblo, en el que se toma un sendero recto y sin peligros, ideal para que el jinete acelere el tranco para cabalgar sintiendo la velocidad, el viento y la fuerte respiración del animal.
Luego de la cabalgata, que en nuestro caso comenzó durante las primeras horas de la mañana y duró varias horas, tuvimos la excelente idea de cortar al mediodía para degustar un exquisito asado criollo en cualquiera de las parrillas o restaurantes que brindan este servicio.