Visitamos el Museo Ferroportuario de la ciudad y aprendimos sobre la historia de estos dos íconos que marcaron un antes y un después en Comodoro Rivadavia.
Es sabido que gran parte del desarrollo económico y demográfico de las grandes urbes de Argentina se produjo con la llegada de la modernidad.
Comodoro Rivadavia en ese sentido no fue la excepción. Con la llegada de las primeras vías del tren y la creación del puerto comercial, la ciudad comenzó a tener los medios de transporte ideales para posicionarse como un polo de concentración de materias primas y productos manufacturados en plena Patagonia. Si a esto le sumamos la gran explotación de los pozos petroleros, no cabe duda de que esta ciudad chubutense estaba condenada al éxito.
Para rememorar parte de aquellos años dorados, nos dirigimos al Museo Ferroportuario de Comodoro Rivadavia. En esas paredes supimos que el ferrocarril y el puerto tenían algo en común para contar: sus historias. Ubicado en la planta alta del edificio de la estación del ferrocarril, accedimos para apreciar una vistosa colección distribuida en seis salas de exposición. Cuenta con imágenes digitales, documentación, archivo ferroportuario y objetos patrimoniales, además del acervo histórico que se encuentra en proceso de conservación y preservación. Entre los elementos que más llaman la atención del visitante se encuentran una escafandra de cobre para buzo de profundidad, máquinas de coser, relojes antiguos y cientos de boletos o pasajes de tren de otras épocas, junto con libros y carpetas de personal. Al caminar por el interior del Museo Ferroportuario, pudimos conocer parte de la historia de estos dos pilares económicos de la ciudad.
La llegada del tren a principios del siglo XX fue el factor potenciador del circuito económico de Comodoro Rivadavia. En aquellos años el ferrocarril fue utilizado como medio de transporte de lana, hacienda y producción agrícola de la zona de Sarmiento. También funcionó para las compañías Astra y Diadema transportando petróleo crudo hasta el muelle Nº 3. El tren en la región se utilizó hasta el año 1978, año en que dejó de funcionar. El puerto comercial, por su parte, comenzó su construcción en 1923 con las primeras cargas de hormigón. Su construcción tuvo varias etapas hasta llegar a la definitiva. Lo cierto es que desde allí gran parte de las materias primas argentinas se dieron a la mar para llegar al viejo continente y luego transformarse en productos de primera calidad. Hoy es uno de los puertos más destacados del país, con una gran actividad comercial.
Estos y otros testimonios elocuentes de sus historias se pueden apreciar en la visita al Museo Ferroportuario. Lo invitamos a conocer el alto contenido simbólico de esta colección museística que lo ayudará a comprender la idiosincrasia de esta bella ciudad llamada Comodoro Rivadavia.