En el camino se encuentran asentadas varias agrupaciones mapuches, que ofrecen sus artesanías y muestran su forma de vida, lo cual ofrece valor agregado al paseo.
Las palabras mapuches “Ruca Choroi” significan “casa de loros” y le dan su nombre a un lago cercano a
Aluminé. Se lo considera uno de los más atractivos espacios agrestes de la zona por su entorno y tranquilidad. Estimulados por este dato recogido en la oficina de turismo, decidimos conocerlo y disfrutar de un día en la naturaleza. Durante el trayecto hicimos un alto en dos lagunas de poca extensión, en las que habitualmente se encuentran flamencos, cisnes de cuello negro y varias especies de patos. Tomamos algunas fotografías de las aves que se movilizaban de un lado al otro. A continuación, en los parajes Poi Pucón y Carri Lil, encontramos asentamientos mapuches con sus casas típicas y sus animales diseminados por los alrededores. Las comunidades Salazar y Aigo viven allí desde principio del siglo XX; ellos basan su subsistencia en la cría de chivos, ovejas y aves de corral, y en la venta de tejidos y artesanías.
Práctica religiosa
“El
Nguillatún es una de las ceremonias que se conservan en el tiempo y durante las cuales nuestras familias ruegan a
Nguenechen, por prosperidad, lluvias y buenas pasturas”, nos dijo una señora a quien compramos una prenda realizada por ella misma con lana de oveja. La misma mujer nos hizo saber cómo se cocina el piñón, el fruto comestible que proviene de la araucaria, muy apreciado por los mapuches. Es el recurso básico para la realización de guisos, empanadas y harina, para lo cual lo muelen en morteros de piedra. Las comunidades cuentan con una escuela primaria, un puesto sanitario y, junto a un tercer grupo que se halla más cerca del lago, se las considera una de las mayores agrupaciones mapuches de la provincia del Neuquén. En los últimos años los integrantes más jóvenes se han integrado a la forma de vida de las ciudades cercanas pero no han perdido sus tradiciones.
Al llegar al parque nacional Lanín, observamos un bosque de araucarias de gran cantidad de ejemplares. Nos dirigimos a la casa del guardaparque para conocer algo más del lugar y las actividades que podían desarrollarse. Nos ubicamos en un sector con mesas, fogones y baños dentro de una vegetación muy verde y abigarrada, y sin viento. Las araucarias viven en compañía de otras especies autóctonas como la lenga y el ñire y con un régimen de lluvias persistentes durante gran parte del año. Llegamos a las costas del lago Ruca Choroi y nos instalamos en sus estrechas playas de arena gruesa. En su pequeña superficie se puede pescar con las modalidades
spinning y
fly casting y está prohibido el uso de embarcaciones a motor. Nosotros simplemente nos dedicamos a la contemplación de ese espacio de características muy agradables, mientras nuestros hijos tiraban piedras al lago para hacer puntería con alguna de las rocas. Desde el lago existen varios senderos que llevan a rincones escondidos y forman parte de circuitos conocidos por los amantes del
trekking. Nosotros, menos deportistas, apreciamos el paseo y nos llevamos de recuerdo el canto de los loros, que provenía de la vegetación compacta que nos rodeaba.