Una experiencia única que nos permite convertirnos en verdaderos jinetes y disfrutar de paisajes de ensueño, como si estuviéramos en una película de vaqueros. Una joyita…
A 150 kilómetros de la ciudad de El Calafate, rumbo a El Chaltén, sobre la costa del lago Viedma se encuentra la estancia Santa Teresita. Hoy en día es una de las pocas que sigue trabajando con la producción ovina, lo que genera un atractivo más que especial para quienes quieren conocer las tareas de rutina de quienes trabajan allí. La estancia cuenta además con una vista privilegiada de los cerros Fitz Roy y Torre, y del glaciar Viedma, por lo que hospedarse en ella es algo cercano a la perfección. Ni hablar de salir a andar a caballo por la zona. La idea de conocer este bello lugar nos fascinó de entrada, ni bien nos enteramos de esta excursión. Mate en mano y tratando de calmar la ansiedad, nos pasaron a buscar por el hotel de Calafate pasadas las 7:00 am. Sabíamos que la experiencia que nos esperaba no se vive todos los días.
El camino es impactante. Las montañas dibujan siluetas enmarcadas en la belleza del turquesa del lago Viedma. Una vez que llegamos a la estancia, disfrutamos de un desayuno de bienvenida al estilo campo, con tostadas, manteca y dulces que se elaboran en el mismo lugar, y lograron despertar a muchos de los que todavía estábamos dormidos. La idea era realizar una cabalgata de alrededor de dos horas recorriendo los alrededores y las distintas lagunas que se divisan cerca para conocer con este paseo la geografía del lugar y sobre todo su flora y fauna: patos, flamencos, cauquenes y distintas aves. A medida que la hora avanzaba, el mediodía nos sorprendió en la estancia Santa Teresita, donde descendimos de los caballos y caminamos hasta el galpón de esquila de ovejas, uno de los más grandes y antiguos de la zona. Para los que quieren más, existen otras excursiones de mayor duración. Entre estas se encuentra una cabalgata de alrededor de cinco horas, para la cual se pasa a buscar al visitante a las 7:30 am por su alojamiento en Calafate y luego del desayuno se inicia una jornada de dos horas y media a caballo hasta el puesto La Península. Con el escenario de los cerros Fitz Roy y Torre, y el glaciar Viedma, se llega al puesto a la hora del almuerzo, donde unos inigualables bifes de cordero a la criolla esperan a los jinetes, quienes luego de un merecido descanso emprenden la vuelta. También hay un programa pensado para los que no quieren bajarse del caballo: es una cabalgata de dos días y una noche que, a diferencia de las otras, permite pernoctar en un puesto llamado La Comisaría. En este caso, el recorrido propone unas seis horas a caballo por los distintos senderos del lugar. Las vistas que se obtienen en este paseo son invalorables. Para quienes quieran cabalgar por un rato o para quienes tengan ganas de convertirse en jinetes por varios días, las cabalgatas Santa Patagonia hacen que cada uno de sus visitantes se sienta cómodo y dejan un recuerdo imborrable de esta región increíble de la Argentina.
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