En el trayecto hacia Futaleufú, la naturaleza acompaña con sus múltiples verdes, sonoras cascadas y densos bosque para hacer del viaje algo inolvidable.
Estábamos instalados en
Trevelín y ya habíamos recorrido cada uno de sus rincones. Teníamos curiosidad por cruzar la frontera con Chile y llegar hasta el primer pueblo trasandino: Futaleufú. Uniendo la acción a la palabra, recibimos las indicaciones necesarias y partimos. Tomamos la misma ruta por la que habíamos llegado a Trevelín, la nacional 259, hacia el puente sobre el río Grande o Futaleufú. En otras épocas, antes de la construcción de ese puente, para llegar al paso fronterizo había que tomar una balsa que cruzaba el río. El camino prometía ser entretenido y, de hecho, encontramos en el primer tramo dos cascadas fantásticas. Nant y Fall son dos importantes caídas de agua con un entorno boscoso de cipreses y coihues, junto a las cuales los miradores nos aseguraron excelentes fotografías. Más adelante visitamos la estación de piscicultura de Arroyo Baguilt y un molino harinero propulsado por medios hidráulicos. Fue una excelente ocasión para conocer más profundamente las actividades propias del área y la información recibida disipó nuestras dudas acerca del funcionamiento de ambos. Al llegar a las oficinas del paso fronterizo, realizamos los trámites respectivos tanto del lado argentino como del chileno. Sólo faltaba realizar los últimos 10 kilómetros que separaban ese hito de Futaleufú. El valle donde está enclavada esta pequeña y pintoresca localidad tiene un micro clima especial. Eso permite que se produzcan frutos y hortalizas de características especiales tanto en tamaño como en sabor.
Nos dimos cuenta de que las viviendas estaban construidas totalmente con madera y que su conjunto era un atractivo extra del pueblo. Era una típica muestra de la forma arquitectónica con que se construye en todo el territorio. Recorrimos Futaleufú y sus alrededores y a la tarde emprendimos el regreso hacia Trevelín. En total, recorrimos unos 140 kilómetros y le dedicamos el día entero a esta excursión. La decisión de pasar a Chile nos llevó a conocer vegetación y costumbres muy similares a ambos lados de la frontera.