Los puestos de reconocidas marcas de cervezas artesanales son los anfitriones e invitan a los aficionados a esta bebida a paladear todas las opciones y especialidades.
Como otras ciudades del sur de Chile, Frutillar, con una gran colonia alemana, tiene en la actualidad su propia fiesta de la cerveza. Cada verano a principios del mes de febrero durante tres días todo es alegría, música y reconocimiento de los distintos sabores con que se fabrica en forma artesanal esta exquisita bebida. Fue en Alemania donde proliferó la costumbre de beber cerveza artesanal. Sus maestros cerveceros fueron uniendo mosto, lúpulo y cebada junto a levaduras y agua de montaña en distintas proporciones para lograr gustos y variedades inconfundibles. Con estos datos en nuestra memoria, fuimos recorriendo los puestos que se habían reunido en el Club Deportivo Estrella mientras disfrutábamos de un hermoso día al aire libre. Mientras nos instalábamos en mesas dispuestas en el mismo cuidado césped donde habitualmente se practica fútbol, desde el escenario nos llegó un “¡Salud! Prost!” seguido de buena música.
Veinte cervecerías reunidas para la fiesta ofrecieron lo mejor de su producción en sus exquisitas variedades. Como todo es cuestión de gustos, comenzamos con las más livianas para luego ir tomando confianza y probar las más fuertes. Todas, aun aquellas que nos resultaban distintas, como las que tenían adicionados los frutos rojos o distinto tostado de la cebada, nos fueron ofrecidas. Ya fuera en botella o chopp, nos hicimos fanáticos de aquellas donde aparecía la unión en distintas proporciones de berries (murta, frambuesa y frutilla) y el agregado de miel. En los puestos de gastronomía también fueron variados los ofrecimientos. Nosotros optamos por probar el clásico chorizo alemán, que era servido con y sin chucrut. No faltaron los postres como el clásico kuchen que hace famosa a esta localidad. Conversamos con los representantes de algunas tradicionales marcas de cerveza de Puerto Varas, de Frutillar y de Valdivia para conocer su idea en cuanto a esta fiesta, y notamos algunos puntos en común. El primero de ellos fue que además de la materia prima de los cereales, cuentan con una excelente agua que extraen desde muy profundo de la tierra. La siguiente fue la necesidad de seguir haciendo cerveza en forma natural y artesanal, descartando su industrialización. La tercera es que reunirse les ha hecho aunar criterios en cuanto a seguir realizando ferias y fiestas de esta naturaleza, constatar la aprobación del público y pensar en una ruta turística de la cerveza. Fue interesante ver que también existe un maridaje entre la cerveza y la comida, como sucede con los vinos. Aunque la regla no es muy estricta, cada vez son más las personas que eligen una buena cerveza 100 % artesanal y natural para acompañar platos gourmet. La idea fundamental de la fiesta es que sea una reunión para toda la familia y por eso los niños tienen su rincón de juegos infantiles, espacio para correr y bebidas sin alcohol. Desde el enorme escenario y con buen sonido nos llegaba música de rock, de cumbia, muy alegre, y algunos se fueron animando a dar sus pasitos sobre el césped hasta que finalmente nadie quedó sin moverse. Sobre el escenario fueron pasando los conjuntos más conocidos y aplaudidos del momento para cumplir con los deseos de que fuera la mejor fiesta bailable del verano. El mismo saludo “¡Salud! Prost!” nos despidió de la Erstes Bierfest hasta el año que viene.