Una experiencia inigualable que permite sentir el río Limay a bordo de un grupo de kayaks en busca de aguas rápidas y cristalinas. Ideal para toda la familia.
La actividad comienza puntualmente en un sitio conocido como los Espigones de China Muerta, a 5 kilómetros de la localidad de Plottier, rumbo al Oeste por la ruta provincial 22. El grupo entero comienza a escuchar la clase introductoria y los consejos de Fernando Milla, quien se encarga de enseñar a los presentes la forma correcta de utilizar los elementos, las maniobras básicas y todas las normas de seguridad que conlleva la actividad.
A remar se ha dicho
Llegó el momento en que nos introducimos en los
kayak y no hay nada más que hablar, la teoría comienza a dejarle lugar a la práctica y casi sin darnos cuenta estamos remando. Aguas abajo, en el primer tramo del río, se puede observar la transparencia de las aguas y el contraste de la flora de la estepa y el valle productivo que da riqueza a esta bella región. Mientras nos familiarizamos con la fauna y la flora del lugar, el avistaje de aves es uno de los atractivos que surgen dentro del grupo.
Pero el momento más impactante llega cuando nos enfrentamos a los majestuosos acantilados del río Limay, producto de la erosión eólica que desde hace millones de años viene tallando estas fascinantes montañas. Aquí se hacer el primer descanso para hidratarnos un poco y alimentarnos para luego, con renovada energía, seguir remando aguas abajo hasta el destino final. Aunque todos nos sentimos entusiastas, sabemos que para eso falta mucho y que un sinnúmero de cosas nuevas nos están esperando.
Ahora, a trepar
Recuperadas las energías, emprendemos un
trekking diseñado por nuestros guías que nos permite subir hasta un cañadón y observar desde la parte más alta el Gran Valle del río Limay, en donde los colores, la profundidad y el contraste de las aguas y la vegetación lindante permiten obtener fotografías únicas. Descendemos del
trekking y una sorpresa nos espera a orillas del río: la emocionante posibilidad de hacer “floating”, lo cual consiste en dejarnos llevar por la corriente fllotando aguas abajo con la seguridad que nos brindan los chalecos salvavidas. Algo realmente espectacular.
Luego de esta experiencia de adrenalina y frescura, volvimos a subirnos a los
kayaks y continuamos la bajada por el río pasando por el balneario de Plottier, la zona conocida como La Herradura y luego navegamos por debajo del puente Las Perlas. Allí, ya todos familiarizados con los remos y con nuevas anécdotas para contar, realizamos nuestro último descanso para evaluar cómo se sentía el grupo y compartir algunas de las vivencias del día. El último tramo de navegación nos depositó en nuestro destino final: la ciudad de
Neuquén, con lo cual cubrimos en total 24 kilómetros de remo con una duración aproximada de 5 horas, que resultan extraordinarias.