Lo invitamos a conocer algunos rincones del Limay, uno de los ríos más importantes del gran valle, donde pueden encontrarse buenos ejemplares de trucha marrón y arcoiris.
Un bosque ribereño de sauces se extiende a orillas del Limay. Para los conocedores de la pesca con mosca, ese es “el lugar” del valle donde quieren estar.El Limay no sólo es uno de los cursos de agua más caudalosos e importantes de la región patagónica, sino que en su tramo medio, que se extiende 70 kilómetros, posee singulares características para practicar pesca.
La pendiente de un metro por kilómetro y el abundante cauce permiten capturar truchas arcoiris y marrones que promedian entre los 700 gr y los 2,5 kg, entre percas de boca chica, pejerreyes patagónicos, bagres de los torrentes y madrecitas del agua, que también son valiosas presas.
También a lo largo del camino existen diferentes entradas que se encuentran en estancias privadas y, por ende, hay que tramitar permisos para ingresar. Uno de estos lugares es el rincón conocido como El Pantanito, 11 kilómetros después de pasar Picún Leufú. Este sector es muy preciado a final de temporada, ya que congrega grandes truchas marrones que remontan el curso.
El acceso conocido como Bajada Colorada, 22 kilómetros más hacia el oeste del anterior, es un paso económico aunque conviene llegar en camioneta o vehículo con doble tracción para poder vadear el brazo Taux hacia el Limay. La Asociación de Pesca con Mosca de Neuquén se ha propuesto recuperar este lugar muy depredado por la falta de cuidado y control local.
En el zoológico Auca Cayin, que se sitúa 18 kilómetros al noroeste de Piedra del Águila yendo por la ruta 237, está otra famosa bajada que, pese al desolado paisaje, ofrece buenas truchas marrones.
Con un buen equipo, en cualquiera de las bajadas del Limay medio puede disfrutar de una excelente jornada de pesca deportiva.