Desde hace algunos años se ha convertido en una práctica popular la pesca y devolución o “catch and release”, a fin de minimizar la pérdida de organismos que en algunos lugares se ha convertido en un grave problema.No sólo por los pescadores, sino también como resultado de la contaminación y la deforestación entre otras causas.
No obstante, es necesario que esta práctica se realice debidamente, ya que dependerá de cuántas heridas sufra el animal para que asegure o no su subsistencia una vez devuelto a las aguas.
Hay quienes sostienen que los peces no sienten el dolor, pero es seguro que la captura les produce un trauma y un elevado estrés.
La gravedad de la herida o heridas que un pez sufrirá dependerá de varios factores:
1. La profundidad sobre el tracto digestivo en que el anzuelo se atora. Si la pieza es "robada", el lugar y la profundidad donde se ha clavado el anzuelo.
2. El tamaño, forma y tipo de anzuelo.
3. El tiempo que se ha "jugado" con él.
4. La forma en que se saca y mantiene fuera del agua.
5. El tiempo que se ha mantenido fuera del agua.
6. La forma de extraer el anzuelo.
7. La forma de regresarlo al agua.
1. No agotes totalmente al pez.
2. Tratá de tocarlo lo menos posible. Si es necesario sostenerlo, hacelo dentro del agua, apoyándolo sobre la palma de la mano, sin apretarlo.
3. No introduzcas tus dedos u objetos en la cavidad de las branquias ("agallas").
4. Utilizando anzuelo sin rebaba, basta con girarlo con una pinza fina para su extracción.
5. Si la extracción es dificultosa, cortá la línea cerca de la boca del pez. No tironees del anzuelo.
6. Si el pez encuentra dificultad para su recuperación, colocalo enfrentando la corriente y movelo suavemente hacia adelante y hacia atrás, alternativamente, de tal forma que penetre agua fresca por su boca y salga hacia atrás por debajo de los opérculos o agallas.
7. No lo golpees ni lo arrojes. Siempre dejá que el pez se escape por sus propios medios después de recuperarse.