La corta distancia que media entre Pucón y el lago Caburgua permite programar un día de buen tiempo sin irse muy lejos. Además, las condiciones agradables del medio ambiente y la tibieza de sus aguas son factores decisivos si se desea nadar, asolearse, realizar actividades lacustres o solo permanecer extendido en la arena. De por sí, el trayecto en auto es sumamente agradable y se pueden conocer algunos puntos que caracterizan al pueblo turístico de Pucón. Un ejemplo es la pasarela sobre el río Trancura o los desvíos para los cordones termales y a los Ojos de Caburgua, todos lugares de gran afluencia de personas. Al llegar al lago, encontramos una villa muy agradable con todo aquello que el visitante desea: cabañas, restaurantes con la gastronomía típica de Chile, supermercados y artesanías. Llegamos finalmente a la costa y la postal panorámica de mil colores que enfrentamos nos impactó. El cielo celeste con algunas pequeñas nubes, el color del agua, algunas embarcaciones con sus velas al viento y el despliegue de personas en la orilla fue algo conmovedor. Por unos minutos contemplamos el conjunto desde la sombra de unos árboles de gran porte que se erguían unos metros más atrás.