Termas de Quimey-Co

En el corredor termal de la Araucanía, luego de transitar por un camino con colinas de césped muy verde, se encuentra una de las termas más apreciadas por su organización y servicios: Quimey-Co. Cuando llegamos a ellas, consultamos acerca de las propiedades de los baños y cuál sería el itinerario que debíamos realizar. Eso nos facilitaría lograr los beneficios físicos que fuimos a encontrar; las respuestas llegaron en seguida. Entusiasmados por las instalaciones confortables, fuimos ingresando en las piscinas al aire libre tantos minutos como nos habían indicado, para luego descansar y volver a ingresar. El día de sol acompañó la jornada y hasta nos atrevimos a hacer una corta incursión en la fría corriente del apacible río Liucura, como nos habían indicado. La pileta techada es especial para los días fríos del invierno, pero se utiliza todo el año. Como la externa, cuenta con sillones muy acogedores para descansar luego de cada inmersión.

Sorprende lo que las napas subterráneas de la tierra aportan naturalmente. En Quimey-Co, cada una de las piletas recibe el fluido que surge con distintos niveles de calor y, por lo tanto, los baños son diferentes. En algunos rincones apartados del complejo puede verse la bruma que se forma cuando estas aguas toman contacto con el aire, por la diferencia térmica. En lo alto, una cafetería nos tentó con comidas y onces exquisitos. Mientras los saboreábamos, teníamos por delante la vista de un cerro con especies arbóreas nativas que le sirven de marco al complejo. Algunos miradores y senderos permiten caminar y observar el río de cerca. Más de veinte años de existencia demuestran que Quimey-Co es un espacio termal elegido por muchos. Nosotros dimos fin a la jornada con una clara sensación de relajación y placer que seguramente repetiremos en el futuro.