Cruce a la isla Tenglo

Desde ese espacio aislado situado en el golfo de Relancovi, las dimensiones de la naturaleza son distintas y se percibe la vida dura de los pescadores que salen al mar.

Para nosotros siempre fue una incógnita conocer qué ofrecía la isla Tenglo frente a la ciudad de Puerto Montt y cuál era su estilo de vida y sus secretos, por lo que decidimos verlo con nuestros propios ojos. El cruce lo realizan los boteros que ofrecen sus servicios en un pequeño muelle en la entrada del mercado de Angelmó. Viejas chalanas de madera, muchas de ellas a remo, le dan un tono pintoresco a ese trayecto de unos ocho minutos, en las cuales viajan tanto los isleños como los turistas. Sentados en el bote, a pocos centímetros del agua, nos fuimos alejando de la costa y pudimos tener una vista panorámica del puerto, la costanera y los clásicos palafitos donde funcionan los restaurantes. Al descender, nos recibió su agreste vegetación y un viejo hotel y restaurante de la familia Hoffmann, famoso por haber cocinado exquisitos curantos de hoyo, que ahora están en desuso.

  • Sus coloridas barcas

    Sus coloridas barcas

  • La tranquilidad de ser un espacio poco visitado

    La tranquilidad de ser un espacio poco visitado

  • La inmensa cruz que corona una lomada

    La inmensa cruz que corona una lomada

  • El golfo de Relancovi

    El golfo de Relancovi

  • Viejas chalanas de madera

    Viejas chalanas de madera

Una breve caminata por la orilla pegada al canal nos dejó en La Puntilla, la playa de arena volcánica adonde se dirigen los adoradores del sol. Resguardada de los vientos, ofrece una perspectiva distinta del entorno y también la tranquilidad de ser un espacio poco visitado y con presencia de salvavida. Está habitada por pescadores que viven de forma precaria, con un pequeño puerto interno que guarda sus coloridas barcas. Nos llamó la atención el nombre de una de ellas: La Pincoya, que refiere a una figura con aspecto de mujer joven y hermosa que forma parte de las leyendas del sur chileno. Se cuenta que, con su traje de algas, realiza delicados bailes anunciando la buena pesca. Las fiestas costumbristas y de adoración de la Virgen de Lourdes de los lugareños son muy visitadas. Dejamos atrás La Puntilla para conocer la costa sur, accidentada, de enormes paredones de roca que requieren algo de pericia y acrobacia para seguir adelante. Nos deleitamos mirando como las pequeñas olas pegaban contra los peñascos dejando su espuma blanca, pero no avanzamos, aun sabiendo que había otros circuitos para realizar caminatas. Subimos entonces hacia la inmensa cruz que corona una lomada y que de noche se encuentra iluminada y puede verse desde cualquier punto de la ciudad. Fueron veinte minutos de esfuerzo por un sendero empinado, que tuvo su premio. En la cima tuvimos una vista única de los volcanes Osorno, Puntiagudo y Calbuco en el horizonte y los enormes edificios de la costa de Puerto Montt en primer plano. Desde lo alto, el sonido de la ciudad parecía acentuarse y formó parte de la magia. Al regreso sentimos que el paseo nos había reconfortado desde el punto de vista de la actividad física, en medio de una naturaleza rústica.

Autor Mónica Pons Fotografo Eduardo Epifanio

Contacto de la excursión o paseo


Información Turística Municipalidad

Antonio Varas y San Martín, Puerto Montt, X Región, Chile

Sugerencias En la oficina de turismo se informa sobre caminatas de aventura y fechas de fiestas populares.
La visita se realiza durante las horas del día, con luz.
No existen servicios y es necesario llevar provisiones si se desea pasar parte del día.
Organiza tu viaje con: welcomeargentina.com | welcomeuruguay.com | welcomechile.com