El Museo Naval y Marítimo de Punta Arenas exhibe una profusa colección de objetos pertenecientes a los barcos que llegaron a este confín.
El pasado y el presente de la provincia de Magallanes gira alrededor de historias y relatos, algunos trágicos y otros exitosos, en torno al mar. Por esta razón, la Armada chilena decidió crear en 1994 el Museo Naval y Marítimo de Punta Arenas, con el objetivo de difundir, conservar y acrecentar el patrimonio histórico de la región de Magallanes y de la Antártida chilena. De este manera, el museo no sólo da testimonio de la toma de posesión del Estrecho de Magallanes, sino que también expresa cómo el mar fue por mucho tiempo la única vía de comunicación e integración de la región magallánica con el resto del territorio nacional. El edificio donde funciona esta institución correspondía a la Comandancia en Jefe del apostadero naval de Magallanes y fue construido por el arquitecto Bonifetti durante los años 1908 y 1910.
En sus inicios, el museo disponía de la sala de Historia Naval, la de Arturo Prat, la de Intereses Marítimos Regionales y la videoteca, además de un salón náutico. En 1998 se abrió una nueva sala referida a la historia del antiguo astillero y varadero de los hermanos Bonacic. Estos inmigrantes yugoslavos se instalaron en Punta Arenas y construyeron en 1896 el primer astillero no sólo de la ciudad, sino de toda la región austral. Actualmente, en el museo se pueden apreciar una maqueta y réplicas a escala del edificio. Con más de 1.613 piezas, también expone restos de naufragios y embarcaciones, como el de la corbeta inglesa Doterel, que se hundió en 1881 después de un espectacular explosión, antiguos equipos de navegación e instrumentales marítimos, entre otros objetos. Además de las colecciones históricas, tecnológicas y biográficas, el museo también organiza exposiciones artísticas.