Yuco, Nonthué, el Río Hua Hum y la cascada Chachin forman parte del entorno natural que anticipa la selva valdiviana del lado Chileno.
Todos los caminos que rodean la bella San Martín de los Andes conducen a hermosos rincones del parque nacional Lanín. Yendo al paso internacional Hua Hum, las vueltas que da el lago Lácar crean pequeñas playas; los recovecos de la cordillera y una vegetación cada vez más diversa proponen un entretenido paseo antes de cruzar a Chile. El recorrido comienza en el empalme de la ruta provincial 48 y la nacional 234, a poca distancia del centro de la ciudad. En esta intersección termina el pavimento y comienza el ripio, en buenas condiciones la mayor parte del año. A sólo 3 kilómetros se encuentra el acceso al mirador Bandurrias, la primera parada para llevarse una de las mejores panorámicas de la ciudad. De nuevo en la ruta, 10 kilómetros más adelante se empieza a divisar la Piedra de Trompul, un magnífico bloque de roca que se encuentra aislado del resto, en el que, cuando le pegan los rayos de sol del atardecer, parece distinguirse el perfil de un rostro modelado naturalmente. Dejando atrás la piedra, a 14 kilómetros hay un desvío señalizado que conduce a Yuco. Esta playa, cuyo nombre en lengua mapuche significa “lugar apartado de todo”, es una de las playas de arena más bonitas del Lácar, con salientes de roca para zambullirse en el agua cristalina y un tupido bosque que sirve de reparo, formado por raulíes, coihues y arrayanes, todos árboles típicos de la selva valdiviana.
Esas playas escondidas
Yuco es zona de acampe diurno, por lo que se convierte en un sitio ideal para disfrutar de un buen pic-nic. Para pasar unos días de camping, hay que avanzar hasta Nonthué, a 20 kilómetros de distancia, donde se sitúa el lago del mismo nombre. A través de este espejo de agua y del río Hua Hum, el lago Lácar es el único en la región que desagua al océano Pacífico. Como es de imaginarse, el paisaje también es de ensueño sobre la costa del lago Nonthué, que además de con el área de acampe cuenta con un pequeño muelle y un restaurante. Desde este punto, a 800 metros en dirección al paso fronterizo el camino dobla hacia la izquierda y cruza un puente sobre el vistoso río Hua Hum, de un profundo verde azulado. Más adelante existe una bifuración: a la izquierda lleva a la seccional Pucará del parque y a la cascada Chachín, y a la derecha conduce al lago Queñi. Para acceder a Pucará hay que transitar por un camino bastante díficil, por lo que se requiere un vehículo 4x4. En cambio, para la cascada basta con dejar el auto y seguir caminando por un sendero de poca dificultad hasta el balcón que permite observar el salto de agua. Si la idea es seguir de trekking y aventura, la opción a Queñi implica seguir conduciendo un tramo de 8 kilómetros muy pintoresco pero complicado, en el que hay que vadear varios cursos de agua pequeños hasta dar con el lago. Luego, hay que caminar una hora y media por un sendero delimitado que llega hasta un pozo termal; un ambiente agreste, escondido, inalterado, ideal para darse un gratificante baño, reponerse del esfuerzo físico y olvidarse del mundo.