En las largas tardes de verano y en los días de la temporada invernal, la plaza principal de San Martín se llena de artesanos provenientes de distintos lugares del país que instalan sus coloridos puestos. Allí exhiben sus productos a turistas y lugareños que se acercan para conocer y comprar algo regional o un souvenir del viaje. Generalmente después de la tradicional fiesta popular del Trabún, que se realiza todos los años en los primeros días de diciembre, los artesanos se reúnen en la plaza cuando empieza a caer el sol. Las propuestas son variadas pero todas tienen el sello distintivo de lo artesanal. Se pueden adquirir buenos mates, cuchillos y duendes como “recuerdos de la Patagonia”; además de tejidos y toda clase de bijouterie, desde trencitas para el pelo hasta joyas con piedras semipreciosas, aritos y collares de alpaca o plata; lámparas de papel y frutas finas cosechadas en la zona.