San Martín de los Andes es desde siempre un destino para quienes desean descansar en relación directa con la naturaleza, a pesar del frío, lluvia o viento, rasgos naturales de la zona. En sus cercanías, la presencia de áreas lacustres y bosques acogedores es punto de partida para los mejores paseos. En distintas ocasiones, hemos llegado a la localidad tanto en micro de larga distancia como con nuestro vehículo. A la hora de la elección del camping, tuvimos en cuenta las actividades que llevaríamos a cabo. En pleno centro de la ciudad se encuentra el Automóvil Club Argentino, con parcelas amplias y diferenciadas. Inserto en la planta urbana, sentimos que todo estaba cerca y que nos acompañaba su arroyo acompasado; en verano, agradecimos su buena sombra. En contrapartida, el silencio solo lo apreciamos en horas nocturnas, cuando la ciudad duerme. Tiene área para casas rodantes, mochileros y servicios durante todo el día. Otro camping ubicado dentro del área residencial está a unos 5 kilómetros de la plaza principal. Es el camping del Molino, con servicios, una arboleda de muchos años y junto a un barrio periférico con comercios de todo tipo.
Camping en San Martín de los Andes
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Automóvil Club Argentino
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Catritre
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El Molino
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Lago Falkner
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Lolen
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Quila-Quina
Un espacio similar, dentro del valle húmedo que acompaña la ruta hacia Junín de los Andes, es el camping Amigos de la Naturaleza. Al no tener vecinos ni barrios residenciales a su lado, la tranquilidad es su principal característica, junto con la gran presencia de los cerros que lo circundan. Situado en un camino vecinal de rápido acceso al centro, es ideal para familias que optan por el descanso y el silencio. Cuando se sueña con levantarse a la mañana y observar la bruma del lago Lácar que se despierta del letargo nocturno, las opciones son varias y cercanas a la ciudad. Los más a mano son los campings Catritre y el Lolen, atendidos por miembros de una comunidad mapuche. El más antiguo es el camping Catritre, que tiene una extensa playa para bajar el kayak o para tenderse a tomar sol y, además, una confitería con un deck con vista al espejo de agua. Cruzando el arroyo, encontramos el camping Lolen con los mismos servicios y el complemento de cabañas. En ambos, contemplar la amplitud del paisaje, con cielo e intensidad de vientos cambiantes, ya es un deporte por sí mismo. Quila Quina es un paraje paradisíacos en que se encuentran dos camping. Uno de ellos, del mismo nombre que la población, está a orillas del río y cuenta con fogones, sanitarios y restaurante muy agradables. El otro, de más reciente creación, es el Antgti Lafquen y se encuentra a orillas del lago, poco amparado de los vientos. Los camping alejados de la ciudad son, quizá, los que más reconfortan y ofrecen recreación más plena. Es el caso de los ubicados en los lagos Falkner y Nonthué. Junto a esas extensiones enormes de agua, estos lugares de acampada organizada, de distintas características, armonizan con una naturaleza impactante. En todos los casos, la posibilidad de realizar caminatas de intensidad diferente, andar en bicicleta o caballo está presente. Una noche junto al fogón, bajo las estrellas, o una madrugada fría pero con colores inolvidables son solo algunos de los premios que ofrece el campamento en esta zona del Sur argentino.
Mónica Pons 
Eduardo Epifanio
