Ushuaia es la única ciudad del país que se emplaza del otro lado de la cordillera de los Andes. Te invitamos a conocerla a través de un city tour realizado en un double decker.
Ushuaia nos recibía con su usual tiempo inestable. La mañana se presentó nublada y lluviosa; aunque es común que el tiempo cambie de un momento a otro, parecía difícil programar una excursión sin tener que mojarse. Salimos a recorrer las calles del centro y, frente a la oficina municipal de Turismo, nos encontramos con el double decker que ofrece un city tour por la ciudad. Su dueño, el ingeniero Luis Votto, se estaba preparando para realizar la primera salida del día. Nos pusimos a conversar mientras esperábamos que llegaran otros turistas para empezar el paseo. Luis nos contó que su colectivo de dos pisos es un Routemaster modelo 60 traído desde Inglaterra por barco y remodelado en Buenos Aires bajo su diseño y supervisión. Desde 1999 Luis, junto a su esposa y guía Mónica, brinda este servicio turístico.
Historia de una ciudad
Todos los pasajeros ya se habían dispuesto en la parte superior del colectivo. Luis se fue al volante del Routmaster y nos dispusimos también en el segundo piso para disfrutar del paseo.
Ni bien arrancó el colectivo, comenzamos a escuchar la Cumparsita y otros tangos conocidos que servían de ambientación para el relato de Mónica. El double decker traza un itinerario por el casco histórico e ingresa al casco naval y al predio del antiguo aeropuerto gracias a un convenio exclusivo que firmó Luis con la Base Naval y el museo para permitir su ingreso. Iniciamos el recorrido saliendo de la calle Maipú para doblar y tomar la calle San Martín. En sus primeras épocas, esta era la única calle de Ushuaia y se extendía por 14 cuadras desde el presidio hasta el cementerio. Pasamos por la antigua Casa de Gobierno y el bar Ideal, que data de 1951 y cuyo primer cocinero había trabajado en el presidio. Luego seguimos hasta la Base Naval, donde se encuentra precisamente el edificio del presidio, actualmente convertido en museo. Esta significativa construcción fue iniciada en 1901 y terminada finalmente en 1923. Observamos el edificio central, la primera usina y los talleres de la vieja cárcel, además de la réplica del Faro del Fin del Mundo. Salimos y subimos por Yaganes, doblamos por la calle Goberandor Paz, que hasta 1960 marcaba el límite norte de la ciudad. En esta calle residieron algunos de los primeros habitantes, como el español José Canga Quiñones, famoso carpintero que construyó muchas de las viejas casas de Ushuaia. La afluencia inmigratoria marcó un importante crecimiento en la ciudad. A fines de la década del ´40, llegaron a estos desolados confines más de 1.000 italianos con sus familias para trabajar en obras de infraestructura y se quedaron a vivir formando el barrio que actualmente es habitado por las familias de la Base Naval. Por último, en la década del ´60 se consolidó una tercera etapa de poblamiento marcada por las políticas de promoción industrial. Esta medida atrajo numerosas empresas y, por ende, una gran cantidad de trabajadores que se instalaron en nuevos barrios. Doblamos hacia el Paseo del Centenario por calle Deloqui. El mal tiempo no nos permitió apreciar este punto panorámico que muestra la cadena montañosa alrededor de la ciudad y las islas al otro lado del canal de Beagle. Bajamos por la calle Sarmiento en dirección a Bahía Encerrada. Recuerdo de las misiones
Mientras avanzábamos hacia la zona del viejo aeropuerto, Mónica nos contó la historia de los grupos originarios de estas latitudes: los yaganes o yámanas. Recién en 1860 se instaló el primer hombre blanco en Tierra del Fuego, el anglicano Thomas Bridges que vino en misión evangelizadora. En este punto del relato, pasamos por el monolito donde se emplazó la primera casa de la isla, ahora en manos de los chilenos, quienes la situaron en isla Navarino para restaurarla y convertirla en museo. Paramos 10 minutos para sacar fotos de la ciudad vista desde los terrenos altos del viejo aeropuerto, luego bordeamos el barrio naval, donde antes estaba la llamada misión baja, y volvimos por la calle Malvinas Argentinas. A la derecha, divisamos la casa Beban, una magnífica construcción que realizara un comerciante croata y en la que actualmente funciona el Centro Cultural de Ushuaia. En la vereda opuesta se encuentra el antiguo cementerio, más adelante el Monumento a las Malvinas, la primera iglesia católica salesiana y, enfrente, los restos del buque Saint Christopher, que venía a buscar los vestigios del Monte Cervantes. También vimos la primera Casa de Gobierno y luego nos dirigimos al Museo del Fin del Mundo, donde algunos pasajeros se bajaron justo en hora para iniciar la visita guiada. El resto, que iba a visitar el Museo Marítimo y del Presidio, también llegó a tiempo para empezar el recorrido. Ambas opciones son imprescindibles para profundizar en la historia de los orígenes de la ciudad y es por ello que el city tour finaliza su itinerario en estos lugares emblemáticos.