Frente al río Calle Calle, es posible descubrir la pluri-identidad que forjó la ciudad al transitar por el interior del Museo Histórico y Antropológico Mauricio van de Maele.
Ubicado frente a una privilegiada vista de la costanera y del río Calle Calle, y rodeado por un hermoso y prolijo parque, el Museo Histórico de Valdivia abre sus puertas diariamente, para mostrar los mayores atractivos culturales de
la ciudad. La Casa Andwandter, como es conocido también el museo declarado Monumento Histórico Nacional, presenta un diseño neoclásico. La fachada posee un porticado de tres arcos rebajados, con techo a dos aguas de chapa, y paredes recubiertas en madera. En su interior cuenta con diversas salas, donde están representadas las tres principales etnias que colaboraron en la creación de la identidad regional. Las colecciones que se exhiben, giran en torno a los primeros americanos que habitaron hace 12.000 años los bosques templados, la temprana y constante presencia hispana, que determinó el carácter de la ciudad de Valdivia, y el impacto de los colonos alemanes que llegaron a estas tierras a partir del año 1850.
Muchos de estos elementos fueron obtenidos gracias al valioso aporte efectuado por el reconocido historiador y antropólogo Mauricio van de Maele, a quien se honra con el nombre del museo. En la planta baja se encuentra ambientado el asentamiento hispano-criollo desde el siglo XVIII en adelante, donde es posible apreciar mobiliario, artefactos, arte decorativo y documentos de la época. Posee una muestra que relata la obra de Fray Camilo Henríquez, nacido en Valdivia en 1769, quien formó parte de los grupos más activos a favor de la independencia de Chile. El ala sur da cuenta de la incorporación de la cultura alemana en la ciudad de Valdivia. Se muestra el sistema habitacional y la transformación sufrida a mediados del siglo XIX, así como el aporte de los inmigrantes europeos al desarrollo de la ciencia y la cultura del país.
En el primer piso se encuentra una valiosa muestra de la historia arqueológica del centro- sur de Chile. Claramente, se logra advertir desde los vitrales el contacto indígena con el hispano, y la contribución cultural de los habitantes mapuche-williche. Además, se puede observar valiosas colecciones de platería, cerámicas, textiles y cestería correspondientes al Complejo Pitrén (300 d.C. - 1200 d.C.) y al Estilo Valdivia (1400 d.C. - 1800 d.C.). La muestra relata la historia de las sociedades alfareras desde los inicios de la era cristiana hasta el siglo XIX.