Mirando la arquitectura de una ciudad es posible conocer sus habitantes, su historia. Puerto Varas invita a descubrirla mirando sus fachadas, sus edificios históricos y sus tradicionales iglesias.
A través del testimonio arquitectónico se pueden descifrar distintos modos de vida y la cultura de los pueblos. Puerto Varas no es una excepción, basta con salir a caminar por sus calles para darnos cuenta de la notable influencia que tuvo la inmigración alemana, junto a otros, en esta comunidad chilena. Uno de los primeros puntos que sorprende al visitante cuando comienza a caminar por al ciudad es la iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, que se encuentra en las calles San Francisco y Verbo Divino. Su ubicación resulta ideal para observar desde allí una vista panorámica de toda la ciudad de Puerto Varas. Sobre una colina, esta particular iglesia se ha transformado en uno de los íconos de Puerto Varas. Sus rasgos estilísticos pertenecen al período romántico, pero sus líneas verticales predominantes le incorporan una fisonomía del tipo gótica. Es habitual que muchos se acerquen a ella para admirarla y fotografiarla, para tenerla de recuerdo.
Por la calle San Ignacio, se encuentra la casa Yunge, que fue construida en el año 1932 por don Juan Hischfeld. Esta particular casa fue hecha con madera en casi su totalidad, lo que muestra a las claras el fácil acceso que tenían los primeros habitantes a este material y cómo fue adaptándose a las distintas necesidades a medida que se iba asentando la población. Posee una planta rectangular de dos pisos y techo a dos aguas, un mirador central sobre el pórtico de acceso y un balcón típico de la ciudad. Los aleros de la casa presentan ornamentos con reminiscencias neogóticas, influencia que trajeron también las culturas que se asentaron a lo largo de todo el lago Llanquihue. Frente a la Clínica Alemana aparece otra construcción característica, la casa Gotschlich. Construida en 1910, esta casa posee el tradicional entramado de madera en su estructura, con muros y cubiertas revestidos con tejuela de alerce. Hoy, a diferencia de lo que ocurría a principios del siglo XX, el alerce es un árbol que se encuentra protegido. En aquellos tiempos esta medida no era necesaria, la abundancia y virginidad del bosque lo permitían todo. Sobre la estación Arturo Prat se encuentra otro edificio que todos los días asombra a los turistas: una casa bien alemana (ubicada en la calle Nuestra Señora del Carmen y calle Miraflores) que para muchos es la más representativa de la ciudad. Casas más, casas menos, la ciudad de Puerto Varas alberga una arquitectura admirable, capaz de enseñarnos en un abrir y cerrar de ojos cómo se hacen las cosas en este bello lugar.