En un medio silencioso, las caminatas y travesías entre refugios de montaña constituyen una excelente forma de dejar atrás el estrés y el ruido urbano.
Los alrededores escarpados de la ciudad de El Bolsón permiten el ascenso a lugares muy atractivos ya sea para la práctica de escalada o simplemente para observar desde lo alto el paisaje circundante. Uno de ellos es el cerro Hielo Azul, a 1.500 metros de altura. Nos dirigimos hacia el refugio Club Andino Piltriquitrón ubicado en su cumbre, que aun en verano conserva restos de nieve. La plataforma rocosa está rodeada por un bosque de lengas; una cabaña de troncos ofrece albergue todo el año. Hicimos el trayecto a pie, fueron seis horas para ascender y cuatro para regresar. El declive entre ambos puntos es de 1.200 metros, por lo que la subida es bastante empinada. Partimos desde la ciudad por la costa del río Azul hasta alcanzar el camping Hue Naim, a los 8 kilómetros de recorrido. La senda está bien marcada y en un punto cruza el río Azul, a 300 metros sobre el nivel del mar. Se cruzan varios arroyos, algunos secos en verano, hasta que la vegetación se vuelve achaparrada y se accede al mallín de los Palos. Desde allí el camino tiene una pendiente aun mayor, pero el esfuerzo se compensa al llegar a una roca alta con una bellísima vista del río Raquel, que corre 200 metros más abajo. Cuando el camino se abre, tomamos hacia la izquierda; el declive se hizo más suave. Bordeamos el arroyo Teno y entonces apareció el famoso refugio, nuestra meta.
Desde este punto las excursiones son varias y de distintas características. Se puede acceder al glaciar Hielo Azul y a la cima del Barda Negra, para lo cual es imprescindible contar con más tiempo y acampar. En nuestro caso, la excursión terminaba allí y nos dimos por felices con la vista panorámica en altura y por haber probado nuestras fuerzas en una salida de montaña que será inolvidable. Este refugio pertenece al Club Andino Piltriquitrón, fue realizado en el año 1958, con madera que se hachó del bosque circundante. Cabe recalcar que la cabaña original fue realizada enteramente a hacha, con techo de tejuelas de ciprés. La altura a la que se encuentra es de 1300 metros sobre el nivel del mar, al límite del bosque alto. A partir de esa altura comienzan las Lengas achaparradas y los pedreros. El refugio cuenta con agua corriente, ducha caliente y baños desde la primavera a fines de otoño. Durante el invierno las comodidades se ven restringidas debido a la dureza del clima. También se cuenta con electricidad de 12 volt DC que es generada por una micro turbina hidráulica y un panel solar fotovoltaico, energías no contaminantes instaladas por los refugieros actuales. Esta energía sirve para alimentar un sistema de comunicaciones VHF, un poco de iluminación y música funcional.