Presentamos una nueva manera de conocer las bondades del lugar: navegar frente a la costa del puerto. Una excursión ideal para quienes tienen medio día libre en la ciudad.
Desde septiembre a abril, se puede realizar un paseo regular a bordo de una moderna embarcación frente a la costa de la ciudad y conocer los atractivos más destacados de este destino turístico. Para ello, es necesario presentarse en el muelle fiscal, desde donde zarpa la nave. Con dirección sur, por el canal Señoret, se llega hasta el muelle de pescadores artesanales. En este punto, la embarcación se detiene para observar con mayor detenimiento la labor cotidiana de los hombres de mar. Entre redes y sogas, saludan a los curiosos visitantes. Luego se retoma por la costa opuesta de la ciudad, pasando frente a estancias ganaderas de la zona. Desde el barco, se logra apreciar una hermosa vista panorámica de la metrópolis, con el cerro Dorotea como telón de fondo. El hotel Costaustralis, con su particular arquitectura, se roba la atención de todos los presentes. La nave continúa por el canal entre los fiordos natalinos. A medida que avanza hacia el norte, el paisaje se torna más agreste y atractivo, dejando atrás el paseo de la costanera.
Comienzan a aparecer distintas aves que anidan en la región. Patos, gaviotas, cisnes de cuellos negro y cormoranes, sobrevuelan la nave o juegan a esconderse entre las calas ante el paso inminente de la embarcación. Pronto se llega al borde del Seno Última Esperanza. Si las condiciones climáticas lo permiten, se logra apreciar el macizo del Paine, y el cerro Almirante Nieto. Imponentes y majestuosas, las Torres del Paine se elevan hacia el cielo con ánimos de soberbia por sobre el paisaje que las circunda. Sobre la ribera de ese punto se encuentra Puerto Bories y las antiguas instalaciones de lo que fuera el frigorífico más importante de la región por el año 1913. Los que lo deseen, pueden descender de la embarcación y conocer el museo del complejo industrial de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. La navegación continúa con rumbo a la ciudad. Antes de llegar, la tripulación sirve una bebida caliente compuesta por café o chocolate, que le devuelve vitalidad al espíritu luego del intenso recorrido. Si el paseo se realiza por la tarde, al terminar la excursión se tiene una muy linda vista de los anaranjados rayos del atardecer sobre los fiordos natalinos.