Visitamos la Casa de la Cultura José Guadalupe Posada. Al recorrer sus salas, revivimos los momentos más importantes que debió atravesar la ciudad de Osorno.
Desde afuera, se distingue su figura entre los edificios de alrededor. Su arquitectura neoclásica es marca indiscutida de distinción y buen gusto. El inmenso cartel de la Municipalidad de Osorno, y otro que reza “Casa de la Cultura José Guadalupe Posada” hacen que sea imposible no darse cuenta de que en su interior funciona el museo de la ciudad.La imponente silueta, con su color celeste claro, nos cautivó y sin dudarlo ingresamos.Al recorrerlo, comenzamos a observar las típicas cosas que se encuentran en los museos, pero la buena disposición de las salas, y el ordenamiento temático que posee hacen que no perdamos detalle sobre los distintos objetos que se exponen.
Particularmente nos llamó la atención una momia que se encuentra detrás de un cristal. “Es una momia que pertenece a la cultura Atacameña” sostuvo una voz a nuestras espaldas, y agregó “fue encontrada junto a valiosos restos de un enterratorio de la cultura San Miguel de Azapa, como ejemplo del destacado avance del período agroalfarero en el norte de Chile.” Luego de la elocuente explicación, no nos quedó duda de que nuestro presentador trabajaba en el museo.
Así conocimos a Claudio Lorca, encargado del archivo del museo. Nos acompañó en nuestro recorrido por las distintas salas y descubrimos muchos de los secretos que encierra este predio.El museo fue creado el 18 de octubre de 1946. El principal gestor de esta iniciativa fue don Víctor Sánchez Aguilera, quien se desempeñó como primer director. El edificio que ocupa el museo fue construido en 1929 como residencia de la familia Schilling Buschmann. Actualmente pertenece a la Municipalidad de Osorno y lleva el nombre de Casa de la Cultura, José Guadalupe Posada, en honor a un destacado grabador mexicano de fines de siglo XIX.
Posee un total de 9 salas temáticas, que hacen referencia a la conquista y repoblación de Osorno, a la ciudad en sus años de apogeo arquitectónico a principios del siglo XIX, y a héroes nacionales. También tienen su sector especial la cultura mapuche, la prehistoria, la sala de historia natural y el archivo histórico, donde se encuentran las actas municipales, planos, equipo de microfilmación y documentos varios. Además, en el subsuelo posee una sala interactiva para que los visitantes se acerquen al conocimiento del patrimonio cultural chileno de una manera didáctica, dinámica y atractiva.Entre los objetos de mayor valor que se encuentran en el museo, se destacan la piedra fundamental de la refundación de la ciudad, la campana del fuerte Reina Luisa, las espadas y sables del reconocido héroe nacional Eleuterio Ramírez, la momia y artesanías mapuches de notable valor arqueológico.
A medida que atravesamos los distintos salones, fuimos logrando una mayor comprensión de la cultura y la idiosincrasia de la ciudad y de Chile. Una vez que recorrimos todo el predio, nos despedimos de nuestro nuevo amigo - Claudio Lorca - y nos fuimos a visitar el resto de la ciudad. Ya estábamos preparados para comprenderla, sentirla y quererla, como a su gente.