En medio de la espectacular geografía que presenta la X Región, visitamos uno de los mejores establecimientos hoteleros - termales del Sur de Chile.
El bosque húmedo siempre verde, el coihue de Magallanes, las lengas de altura y los volcanes Casablanca,
Osorno, Puntiagudo y Puyehue son protagonistas absolutos del asombro. Íbamos por la ruta internacional Nº 215 hacia la cordillera de los Andes. Atrás dejamos la histórica y enigmática
ciudad de Osorno. De pronto, la sucesión de praderas evidenció la vocación turístico-agrícola de la región, suaves prados alternaban con densas formaciones boscosas a ambos lados del camino.
El pavimento continuaba bordeando un lago de aguas cristalinas. El camino nos llevaba en dirección al Parque Nacional Puyehue y a uno de los centros termales de mayor importancia de la región, cuya visita se convierte en una parada ineludible. El parque nos cobijaba y pronto comenzamos a percibir los sonidos de la naturaleza a nuestro alrededor. Las aves autóctonas se animaban a regalarnos su canto. Respiramos profundamente llenando nuestros pulmones de aire puro. De a poco nos fuimos relajando, como si supiéramos lo que estaba a punto de suceder.
Una espectacular infraestructura hotelera y termal asomó a la derecha de la carretera, en pleno bosque y de cara a la enorme escenografía del espejo de agua. Se trataba del Hotel y Spa Termas de Puyehue, un clásico de la región que perfiló turísticamente las cualidades terapéuticas del agua que, pura y natural, brota de las entrañas mismas de la tierra entre milenarios arrayanes, lingues, coihues y mañiús. El enorme edificio, cuyo origen se remonta al año 1942, con paredes de piedra de juntas blancas, grandes escuadras de madera y techos negros, resulta toda una postal de la zona. Alberga en sus más de 30.000 metros cuadrados de superficie, 132 habitaciones con todo lo necesario para el descanso. Posee dos interesantes opciones para sibaritas empedernidos:los restaurantes Los Troncos y Lago Puyehue. Ambos ofrecen lo más selecto de la gastronomía chilena e internacional y también sirven platos naturistas y vegetarianos, entre los más solicitados. Además, el complejo posee sala de juegos, guardería y una amplia oferta de actividades que incluyen salidas de pesca, paseos a caballo, circuitos de observación de flora y fauna, excursiones y caminatas de oxigenación.
Sin dudarlo, nos dispusimos a disfrutar de las bondades del agua termal del famoso centro. Dos amplias piscinas - una exterior y otra cubierta – pusieron a nuestra disposición todas las propiedades del agua termal pura, sana y revitalizante, recomendada para problemas articulatorios, reumáticos y de estrés. Estas aguas corresponden a los tipo hipo e hipertermales, contienen cloruro, sulfato y sodio, y alcanzan una temperatura promedio de 37º C. Se complementan con sauna seco, cabina de inhalación de vapor termal, pileta de agua fría, baños de burbujas y un gran hidromasaje.
Rápidamente el agua hizo de las suyas y una sensación de relajación se apoderó de nuestro ser. Pronto las tensiones fueron dejadas de lado e, inmersos en el maravilloso escenario natural, disfrutamos del sol, de las montañas y del denso follaje que nos rodea y que para esta altura parece tener otro brillo, otro color.